Al informar sobre un encuentro celebrado el pasado 10 de octubre entre Salazar y el canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente, Sheinbaum dijo que se definieron nuevos lineamientos en la relación entre la embajada estadounidense y el Gobierno.
De acuerdo con la mandataria, a partir de ahora, cualquier contacto del embajador Salazar con funcionarios de su Gobierno tendrá que ser a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
“Se establecieron una serie de lineamientos, digamos, generales, porque a veces el embajador acostumbra llamar a un secretario, otro secretario, otro secretario”, dijo la presidenta Sheinbaum en su conferencia de prensa matutina.
“Entonces ahora le dijimos: bueno, si quiere tocar algún tema relacionado con Secretaría de Energía porque hay empresarios estadounidenses interesados en invertir y quieren saber la disponibilidad, pues a través de la Cancillería”, explicó la mandataria.
“Fueron algunos de los lineamientos que se establecieron el día de ayer y eso ordena de manera muy importante la relación”, agregó Sheinbaum, quien anunció que el canciller De la Fuente también se reunirá también con el embajador de Canadá, Graeme C. Clark.
En la Administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, las visitas del embajador Salazar a Palacio Nacional eran frecuentes y el trato era directo con el mandatario, quien en diversas ocasiones se refirió al diplomático como su “amigo” y elogió su respeto a las cuestiones políticas internas de México.
La relación cambió a finales de agosto de este año, cuando el expresidente López Obrador decidió “pausar” la relación con los embajadores de EEUU y Canadá, luego de que los diplomáticos cuestionaran la reforma al Poder Judicial y advirtieran que podría dañar las inversiones de empresas estadounidenses y canadienses en México.
La relación bilateral se tensó también luego de que, en julio de este año, uno de los máximos jefes del cártel de Sinaloa, Ismael Mayo Zambada, fuera detenido en Estados Unidos luego de supuestamente haber sido secuestrado en México en una operación en la que, según López Obrador, estuvo implicado Washington.
