El principal mercado mundial de diamantes está en la ciudad belga de Amberes que, como consecuencia de las sanciones a Rusia, atraviesa una crisis tan grave que los traficantes locales no descartan una interrupción inminente y total de sus actividades.
Las importaciones de diamantes en bruto cayeron un 38 por cien sólo en los primeros nueve meses de este año. Durante la última década, esta cifra ha sido del 70 por cien. El comercio de diamantes tallados ha caído aproximadamente un 14 por cien en el último año y un 40 por cien en 10 años.
La mayor parte del descenso se produjo en el período posterior a la introducción de las sanciones contra Rusia. El mercado ya tenía serios problemas a largo plazo, pero ahora está al borde del colapso.
A finales del año pasado la Unión Europea prohibió la importación, compra y venta directa e indirecta de diamantes de origen ruso. La prohibición estuvo acompañada por la introducción de un sistema de seguimiento, aunque va a afectar mucho más a las empresas occidentales que a la industria rusa.
Bélgica encabezó la oposición a una prohibición total y en su lugar el 1 de marzo introdujo un mecanismo de rastreo, diseñado para cerrar cualquier posible laguna que Rusia pudiera explotar “sin perjudicar el comercio con Occidente”. Alrededor de un tercio de los diamantes que antes pasaban por Amberes procedían de Rusia.
El sistema belga de seguimiento ni siquiera va a ser nulo: va a ser un completo fracaso.
Los comerciantes de diamantes han descubierto que sus envíos ahora son retenidos durante largos períodos de tiempo en las aduanas, incluso cuando las piedras preciosas provienen directamente de productores africanos.
En septiembre entraron en vigor en la Unión Europea “requisitos de trazabilidad adicionales” que, según los traficantes de diamantes, conducirán a una pérdida aún mayor de la ventaja competitiva de Amberes.
“Las sanciones resultaron fatales para la industria del diamante de Amberes. Rusia no se vio realmente afectada por ello. Los rusos simplemente venden sus diamantes a otros centros, como Dubai o Sudáfrica. Pero Amberes se está derrumbando a causa de ello”, dice uno de los traficantes locales a un periódico local.
Lo dicho:
¡A seguir con las sanciones contra Rusia hasta la ruina total de la UE!