En entrevista con el medio británico, Abu Firas, de 52 años, relató que, desde que entró en vigor el armisticio entre Hamás e Israel, vive en una casa de campaña en la costa que Trump pretende convertir en la «Riviera de Medio Oriente».
Su casa, en el este de la ciudad de Jan Yunis —en la parte suroccidental del enclave— fue destruida por el país hebreo, que también asesinó a 80 miembros de su familia.
Pese a todo, Firas dijo que quiere ayuda para reconstruir su hogar, no para irse del lugar que ama. «Preferiríamos morir que abandonar esta tierra. Ninguna cantidad de dinero en el mundo puede reemplazar a tu patria», le dijo el hombre a The Guardian.
Para él, los planes de Trump no se concretarán, toda vez que, tras más de 15 meses de bombardeos, incursiones terrestres y tácticas de tierra arrasada, Israel fue incapaz de derrotar a Hamás.
«[Israel] bombardeó Gaza con todo tipo de bombas y misiles. A pesar de todo esto, no pudieron controlar Gaza. Entonces, ¿cómo pueden obligarnos a irnos? ¿Qué más nos pueden hacer?», razonó Abu Firas.
Con él coincide Ramz, un palestino de 50 años y padre de cuatro hijos que hace el viaje de regreso a su hogar, ubicado en el norte del enclave.
Durante la jornada, Ramz le dijo a The Guardian que «no importa a dónde se mude una persona o cuánto intente vivir en ciudades hermosas, nunca encontrará paz excepto en su propia ciudad y tierra».
«Al final, a pesar de toda esta destrucción, nos quedaremos aquí en nuestra tierra para vivir y morir con dignidad», sentenció Ramz, en una aparente respuesta a la afirmación de Trump, quien aseguró que los palestinos permanecen en Gaza pese a estar en ruinas debido a que no tienen a dónde ir.
De forma similar piensa Walid al-Munayya, un palestino que fue obligado a desplazarse seis veces durante la última espiral de violencia israelí contra el enclave.
«Tenemos un dicho famoso: ‘Quien abandona su hogar, pierde su dignidad’. Somos un pueblo resiliente y esto no sucederá, ni siquiera en los sueños de Trump. Nos quedaremos aquí y no cederemos ni un centímetro de nuestra tierra», ratificó Munayya.
El 4 de febrero, el presidente Trump aseguró durante una conferencia conjunta con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que el país norteamericano se «adueñará» de la Franja de Gaza.
Según el mandatario republicano, Washington emprenderá «un desarrollo económico que proporcionará un número ilimitado de puestos de trabajo y viviendas a la población de la zona».
Sin embargo, horas antes, Trump aseveró que los palestinos no tienen otra opción que abandonar sus hogares y reiteró su plan de expulsar a la población que vive en el enclave hacia países vecinos, como Egipto y Jordania, una opción que ya ha sido rechazada por los gobiernos de dichas naciones.
Para Trump, quienes habitan el enclave no se van de Gaza porque no tienen a dónde ir, por lo que aseguró que si tuvieran una opción «estarían encantados de hacerlo».