La derecha mediática de todas las horas, lacayos del poder, cuando no parte de ellos, anda despistada con los Trump, Musk, Milei… que en el mundo son. Es decir, saben que esos personajes son de los suyos, parte de la misma familia: pertenecer a la clase dominante burguesa. son -faltaría más- fieles a la economía de mercado, al anticomunismo más zafio y primario, valedores de los intereses imperialistas y las industrias que generan, al saqueo a las materias primas allí donde se encuentren…. pero las formas y lo imprevisible les confunden, al punto de dudar sobre si conocerán o no el manual de lo políticamente correcto que ha construido la derecha desde hace décadas, y que incluso es libro de cabecera para la izquierda que renunció a la revolución y vegeta en el reformismo.
Los partidos conservadores y su aparato propagandístico-informativo intuyen que ese populismo reaccionario puede ser flor de un día y no da, por tanto, para jugársela con un apoyo irrestricto. Por eso, guardan cierta distancia preñada incluso de un cierto temor que les originan los Musk y Zuckenberg propietarios de la tecnología necesaria para enviar el Mensaje a las poblaciones. Desde las poltronas que habitan desde hace décadas saben que la familia tiene un miembro que se reactiva cuando las circunstancias lo ameritan y hay que lidiar con él. Mientras, y para animarse, se dedican a sumar los votos de la derecha de siempre y la extrema derecha de ahora para constatar que, en la mayoría de los casos suman porcentajes suficientes para gobernar y cumplir con las órdenes del poder.