
Gabi (Unidad y Lucha).— La República Democrática del Congo está en una situación límite desde que el M23, grupo terrorista financiado por el Gobierno de Ruanda, tomó el control de Bukavu el pasado domingo 16 de febrero. Bukavu es la segunda ciudad más grande del este del país, que cuenta con 1.3 millones de habitantes, aproximadamente. Los terroristas son, supuestamente, quienes detentan actualmente la oficina administrativa de la provincia de Kivu Sur, lo que supone el avance más significativo desde hace trece años, cuando en 2012 tomaron la ciudad de Goma.
No obstante, Félix Tshisekedi, presidente de la RD del Congo, asegura que la región continúa bajo control del ejército congoleño y que la incursión del M23 fue, finalmente, sofocada con la ayuda de los ejércitos de Burundi (que defendió Bukavu) y de Sudáfrica (que defendió Goma). Según ACNUR, en estas dos semanas el conflicto ha empujado a unas 42 000 personas (mujeres y niños en su mayoría) a buscar refugio en Burundi, una afluencia que no se había visto desde hace veinticinco años.
A este respecto, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó a Ruanda a través de una resolución publicada el viernes 21 de febrero, ya que han podido confirmar que 4 000 soldados ruandeses participan en esta incursión. Aunque este conflicto lleva abierto desde 1994, es la primera vez que la ONU se posiciona contra las injerencias de Ruanda, exigiendo que dejen de apoyar al M23 y que retiren sus tropas inmediatamente del territorio congoleño sin condiciones previas.
Muchas expertas y expertos en geopolítica están advirtiendo de la posibilidad de que este conflicto escale a una guerra regional, pero no son capaces de elevar sus análisis al contexto africano actual. Países como Níger, Senegal, Mali, Burkina Faso, Chad o Sudán se están enfrentando a las colonias históricas. Desde una perspectiva de clase es imposible no ver que el imperialismo anglo-yanki-sionista está apostando por estos grupos para asegurar el control de materias primas tan valiosas y escasas como coltán, un mineral que contiene el tantalio necesario para la industria de la telefonía móvil. El 80 % de sus reservas mundiales están en la RD del Congo y están siendo explotadas por multinacionales estadounidenses, israelíes y británicas, tal y como informamos en un artículo anterior: https://acortar.link/6RqNX9.
En tiempos de barbarie, la clase obrera no puede ser equidistante. Frente a la guerra imperialista, luchemos por la paz entre pueblos, luchemos por el socialismo.