«Se trata de una trágica, trágica comedia negra de la parte ucraniana para organizar algún tipo de ataque [contra] el gasoducto de Sudzha», declaró el analista de seguridad.
«Para mí, en realidad no es parte [del] conflicto militar. Se trata de una especie de actividad terrorista por la parte ucraniana», considera Viktorin, subrayando que las consecuencias del ataque «serán un gran problema» no solo para Eslovaquia, sino para toda Europa, en términos de seguridad energética de la región.
Antes del conflicto, Sudzha, una estación de bombeo de gas natural de la red de gasoductos de la Hermandad, podía ayudar a propulsar hasta 32.000 millones de metros cúbicos al año de gas natural a Europa Oriental y Occidental. Las entregas se ralentizaron tras el inicio de los combates y se interrumpieron por completo a finales de diciembre de 2024, después de que Ucrania se negara a renovar el contrato.
«Se trata de Europa. Europa y los líderes europeos tienen que entender que es solo una cuestión de tiempo cuándo empezar a negociar con Rusia», subrayó Viktorin. «Tendrán que hablar porque la cuestión del diálogo entre ambas partes es muy importante para el futuro».
En este sentido, «Ucrania no dictará [los] pasos para las negociaciones de Rusia y Europa», destacó el observador.
