Salvatore A. Bravo.— La visita de la realeza británica finalizó oficialmente el 10 de abril de 2025. La rutilante llegada fue precedida y apoyada durante la presencia regia por un periodismo que exaltó sus costumbres, hábitos, emocionantes rupturas del protocolo (helado entre la multitud), etc. En una nación servil todo es posible. La República Italiana se ha mostrado en su periodismo y en sus medios de comunicación más monárquica (absoluta) que el rey y que Inglaterra.
En el Parlamento, el discurso del Rey en italiano elogió la OTAN y una Europa unida. Por supuesto, el periodismo, conmovido por el uso del italiano, nos lo agradeció. Este periodismo, siempre dispuesto a exaltar al último maestro, nunca defiende la lengua italiana, más bien es parte del circo anglófono que contribuye a desmantelar la lengua de Dante y sustituirla por la lengua de los maestros, es decir, el anglo-italiano. La escuela y la educación son parte de este suicidio nacional.
Ahora bien, más allá de las brillantes fotografías de los soberanos que tenían a su disposición monumentos y zonas arqueológicas, nada surge sobre las verdaderas intenciones y propósitos de la visita soberana. Podemos hacer suposiciones, ya que los fuegos artificiales de los periódicos y los medios de comunicación no nos ayudan a comprender y sustituir la información por imágenes. La historia, por otro lado, nos ayuda a comprender. Sabemos que la Expedición de los Mil fue financiada por masones ingleses para conseguir el control del Mediterráneo y del azufre. Todo ocurrió como consecuencia de ello. Churchill nunca fue hostil al fascismo; de hecho, lo consideraba apropiado para los italianos. Podríamos continuar hasta el encuentro en el yate Britannia de Isabel II en 1992, fue el último verano de la Primera República, en el que los plutócratas y sus sirvientes desmantelaron la República y vendieron la industria estatal. La privatización de los servicios sociales y la barbarización que hoy conocemos se decidieron en el yate real-imperial y ciertamente no en el Parlamento italiano.
Ahora somos una semicolonia y ya no una República, podríamos definirnos como una semicolonia oligárquica en la que la república (intencionadamente con r minúscula) pertenece a los amos italianos y transnacionales. La visita de los soberanos precede a la cumbre de junio de 2025 en la que se decidirá aumentar el porcentaje del PIB que se invertirá en la OTAN. ¿Gobernantes de la guerra? Tal vez. Inglaterra ha acogido a los voluntarios que quieren continuar la guerra en Ucrania, por lo que los soberanos son probablemente emisarios que preparan acuerdos y reafirman el vínculo de subyugación de Italia, estratégico para el Mediterráneo, para los Balcanes y Oriente Medio. Tal vez Inglaterra también se esté preparando para volver a entrar en Europa y controlarla, especialmente porque tanto ella como Francia poseen la bomba atómica.
Una vez más ningún dios vendrá a salvarnos de la guerra y de los recortes sociales en nombre de la guerra, nos toca a nosotros, los italianos, rechazar la cortesía imperial y defender nuestros intereses patrióticos sin nacionalismos. A nosotros nos corresponde defender la Constitución y en particular su artículo 11, sólo el pueblo puede rechazar la servidumbre voluntaria que presenciamos para retomar el camino de la democracia real, racional y social. El futuro no está escrito en el destino, sino que está inscrito en nuestras elecciones y en el uso público de la razón crítica. El drama es el vacío de información reemplazado por propaganda que alienta la pasividad funcional a los tiempos de guerra que se avecinan.
https://www.linterferenza.info/attpol/sovrani-ditalia/
Traducción: Carlos X. Blanco.
