Para terminar de ganarme mi sueldo como celebridad de internet -eso que los pijos llaman «influencer» por miedo a utilizar su propio idioma (como eso de «mail», de «renting» y estupideces similares)- pagado por el Partido Comunista de China, y para terminar con la trilogía de China de las últimas entradas, algo ocurrido ayer y que, como siempre, se oculta en Occidente: el despegue de la nave Shenzou-20 en lo que es la misión 35 del programa espacial chino. En su interior van tres astronautas que pasarán los próximos seis meses en la estación Tiangong («palacio celestial»), de la que os hablé la otra entrega.
Mi conocimiento del chino es básico y tal vez estoy equivocado con la interpretación (como la mayoría de los idiomas asiáticos el chino es tonal, lo que quiere decir que una misma palabra, según el tono de las sílabas -en el idioma chino, caracteres-, puede significar varias cosas diferentes) pero Shen Zou significa «dios se ha ido». Tiene guasa la cosa si es así y no estoy equivocado.
Que se lanzase ayer no es casual porque es el aniversario de la puesta en órbita del primer satélite chino, en 1970.
Como os dije, China ha superado a EEUU y a Rusia en la carrera espacial, y así lo vino a reconocer el nuevo Secretario de Estado de EEUU a primeros de este mes. No fue tan explícito, pero a buen entendedor, pocas palabras bastan: «Hoy, la NASA se encuentra en una encrucijada. El crecimiento explosivo del sector espacial comercial, desde fabricantes de hardware hasta empresas de turismo espacial, ha transformado el panorama celeste y económico. El espacio ya no es el dominio exclusivo de las naciones soberanas y un puñado de contratistas de defensa heredados. La democratización del espacio ha estimulado el crecimiento, la reducción de los costos de lanzamiento y satélite, y fomentado la curiosidad de la próxima generación. Al mismo tiempo, el futuro de la Frontera Final nunca ha sido más incierto. En términos militares, el espacio es el terreno alto. Una nación que domina en el espacio puede privar a otros, no sólo a las capacidades de inteligencia sino a conveniencias modernas como el GPS y internet satelital. Y no se equivoquen, el Partido Comunista Chino ha sido explícito en su deseo de dominar el espacio, poniendo una estación espacial totalmente funcional en órbita terrestre baja y rovers robóticos en el otro lado de la Luna. No nos dirigimos a la siguiente carrera espacial; ya está aquí».
No sé si sabe lo que está diciendo o dice lo que le cuentan quienes saben. En cualquier caso es obvia la preocupación porque China lleva mucha delantera dado que ha hecho explícita su decisión de construir una base estable en la luna para el 2035. Retened este año en vuestra memoria y no solo por esto, sino porque es el año en el que China considera que sobrepasará en todo a EEUU y eso es lo que está intentando evitar a toda costa todo el Occidente colectivo.
La cosa no es banal porque no hay un tratado claro sobre qué pasaría con la explotación de los recursos de la luna. Hay tratados para el Ártico, por ejemplo, para la Antártida, para el mar (que EEUU no ha firmado, curiosamente, pese a que permanentemente alude a la «libertad de navegación») y varias cosas así. Por lo tanto, estamos como cuando los primeros exploradores llegaban al Polo Norte y plantaban la bandera, o los colonizadores plantaban la suya hubiese o no población en ese sitio. Por eso se considera que quien primero ponga una base lunar «dictará las condiciones para el resto y las reglas a seguir». Como os dije, hay conversaciones entre China y Rusia para colaborar en la cuestión espacial y los dos países comenzarán a construir una estación internacional de investigación lunar para el 2028. En teoría se pueden sumar todos los países que quieran, pero me da que si hay alguno será solo de los BRICS.
Como pasa con el país 404, antes conocido como Ucrania, que tiene prohibido negociar con Rusia y por eso si hay un acuerdo de paz pasará por encima del país 404, aquí la NASA tiene prohibido desde el 2011 participar en proyectos con China. Así que haga lo que haga la NASA, llegará tarde.
Os recuerdo que China lleva cinco años en la cara oculta de la luna y que periódicamente manda muestras del suelo lunar, por lo que la ventaja que tiene es clara. Y lo mismo se puede decir de Marte, donde es EEUU quien lleva ventaja porque ha recogido muestras de suelo pero aún no ha sido capaz de traerlas a la tierra. China también está en ello y es más que probable que lo consiga antes que EEUU por lo que esa ventaja inicial estadounidense se desvanecería.
Todo esto me lleva a otra cosa que también acaba de ocurrir: el Private Tech Tour 2025. Aquí se reúnen las principales empresas occidentales en cuestiones de electrónica avanzada y este año ¿a que no adivináis dónde ha tenido lugar?: en Shanghai, Shenzhen y Guangzhou.
Estoy hablando de robots (y a lo mejor os ayuda a entender el por qué de la maratón de robots de este fin de semana pasado), de drones, de espacio, de inteligencia artificial, de vehículos eléctricos… Los capitalistas no tienen bandera, solo cartera. Y cuando los capitalistas de Occidente acuden a China a un evento de estas características es porque es China quien lleva la delantera, y con mucho.
China tiene ventaja en casi todo. Tanto que se permite gestos de magnanimidad por una parte, como la rebaja de aranceles a EEUU que anunciará hoy en algunas cosas, y golpes tremendos en otras, como lo que os conté de que ya no importa ni soja ni maíz de EEUU. Pues a ello se suma el que ha reducido la importación de carne de cerdo en un 70%. Esta rebaja de algunos aranceles es una ayudita a Trump tras decir este que iba a rebajar «sustancialmente» los aranceles a China, una ayudita que le viene bien porque está sometido a una intensa presión desde el llamado «estado profundo» y conviene darle alguna baza menor de la que se pueda pavonear.
El dragón sigue andando con firmeza mientras el dios occidental se ha ido para no regresar. Tal vez sea la ironía de la Shenzou-20. Recordad que los chinos son muy sutiles.
El Lince
P.D.- Me equivoqué. El nombre de la nave es Shenzhou-20. Esa hache rompe todo el juego, pero no me digáis que no era divertido. Shen es dios, zhou es semana, pero no le encuentro el significado porque dudo mucho que el programa espacial se llame «dios semanal». Si así fuese, el tema de dios sería temporal, lo que también tiene su guasa. Desconozco el significado real.