
El medio elabora su reflexión a partir de los más recientes datos de la Administración Nacional de Energía, que afirman que la capacidad instalada para la eólica y fotovoltaica de China alcanzó los 1.482 millones de kilovatios a finales de marzo de este año, superando por primera vez en la historia a la de la energía térmica.
«Esto es similar a lo que sucedió a finales de 2023, cuando la capacidad instalada de generación de energía no fósil de China superó por primera vez a la de la energía térmica, y a finales de 2024, cuando la capacidad total instalada de energía renovable de China, incluyendo la eólica, la solar y la de biomasa, superó a la de las centrales de carbón», apunta la publicación.
En ese sentido, el diario indica que el flamante récord conseguido en relación con las instalaciones de energía eólica y fotovoltaica es otro hito en la transición verde y baja en carbono de China.
Este hecho, añade el texto, demuestra la seguridad que la nación asiática tiene cuando se propone algo y avanza con paso firme y decidido, así como el sentido de responsabilidad y compromiso de un país para ser una gran potencia, y teniendo en mente tanto el bienestar de su gente como el futuro de la humanidad.
Además destaca, por ejemplo, que China no solo participa en mecanismos multilaterales como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el G20, sino que también promueve inversiones «verdes» en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
«De ser ‘excesivamente dependiente del carbón’ a ‘liderar con la energía eólica y solar’, y de seguir pasivamente a abrir nuevos caminos de manera proactiva, China ha inyectado impulso verde al proceso de civilización global a través de la innovación sistémica y el enfoque estratégico», se lee en el texto.
Por ello, mientras una potencia «se entrega al unilateralismo y al proteccionismo» y se retira con frecuencia de los acuerdos internacionales, ironiza el diario en referencia a EEUU, China realiza acciones decisivas, respondido a diversas incertidumbres con la determinación y los logros de un desarrollo verde y bajo en emisiones de carbono.
«Al promover una transformación inclusiva, China ha demostrado que la construcción de una civilización ecológica no es un movimiento ambientalista elitista, sino un logro de modernización compartido por todos los seres humanos. Esto también ha demostrado que la responsabilidad de una gran potencia no consiste en lemas vacíos, sino en resolver pragmáticamente problemas reales y que las oportunidades de desarrollo no dependen de juegos geopolíticos, sino de un ecosistema de cooperación abierto e inclusivo», destaca el Global Times.
La nota concluye recordando que el presidente chino, Xi Jinping, pronunció el pasado 23 de abril un discurso por videoconferencia sobre Clima y Transición Justa, precisamente cuando se está por cumplir el 10 aniversario del Acuerdo de París.
Independientemente de los cambios que pueda experimentar el mundo, prometió Xi, «China no reducirá sus acciones climáticas, ni su apoyo a la cooperación internacional, ni cejará en sus esfuerzos por construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad».