Ayer South Western Railway, una empresa ferroviaria que opera en el suroeste de Inglaterra, se convirtió en la primera en volver a ser propiedad pública, dentro del esfuerzo del gobierno laborista británico por renacionalizar el ferrocarril. “Esta es una nueva era para el ferrocarril”, afirmó el Ministerio de Transporte en un comunicado de prensa.
“Vamos a decir adiós a 30 años de ineficacia, desperdicio y frustración de los pasajeros”, dijo la ministra de Transporte, Heidi Alexander, durante una visita a una estación de trenes. “Avanzaremos con confianza hacia un nuevo futuro para los ferrocarriles”, aseguró.
La privatización de los operadores ferroviarios tuvo lugar a mediados de la década de los noventa bajo el mandato del Primer Ministro conservador John Major, que continuó las políticas privatizadoras de Margaret Thatcher de la década anterior.
Un descarrilamiento provocado por microfisuras en los raíles, que dejó cuatro muertos en 2000, conmocionó profundamente a la opinión pública. Las cancelaciones, los retrasos se han vuelto habituales y los pasajeros se han quejado de los precios. Desde entonces, la red ferroviaria ha vuelto a ser pública y está gestionada por la empresa Network Rail. Cuatro de los catorce operadores que hay en Inglaterra ya han quedado bajo control público en los últimos años debido a su pobre rendimiento. La idea inicial era gestionarlos temporalmente antes de devolverlos al sector privado.
A finales de noviembre los laboristas aprobaron una ley que exige la nacionalización de los operadores privados al expirar sus contratos (o incluso antes en caso de mala gestión) y su consolidación en una organización llamada “Great British Railways”. Según el gobierno, esperar hasta el final de los contratos permite evitar pagar indemnizaciones a los operadores actuales. Todos ellos expirarán en 2027.
Los sindicatos del sector, que han iniciado una ola de huelgas en los últimos años presionados por la reducción de los salarios reales, apoyan la toma de control por parte del Estado. “Todos en la industria ferroviaria saben que las privatizaciones […] no han funcionado y siguen sin funcionar”, comentó el jueves Mick Whelan, secretario general del sindicato de conductores de trenes Aslef.
La reincorporación de estas empresas al sector público “garantizará que los servicios se gestionen en interés de los pasajeros, no de los accionistas”, pero resolver “los problemas estructurales que lastran la red ferroviaria […] llevará tiempo”, advirtió la ministra Heidi Alexander. El gobierno anunció en diciembre que la primera empresa afectada sería South Western Railway. La empresa C2C seguirá el 20 de julio y Greater Anglia el 12 de octubre.
Las operaciones de South Western Railway serán gestionadas por un nuevo operador público, que se integrará en Great British Railways una vez que se forme la empresa.