China está «muy decepcionada» con el resultado de la votación de este miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en la Franja de Gaza, según ha comunicado el representante permanente del país asiático ante la ONU, Fu Cong.
EE.UU. vetó un proyecto de resolución presentado por 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad y que exigía tanto un alto el fuego inmediato e incondicional como el levantamiento de las restricciones al suministro de ayuda humanitaria al enclave palestino. De este modo, EE.UU. fue el único país que rechazó la iniciativa, mientras 14 naciones la apoyaron, votando a favor.
«Una vez más, Estados Unidos ha abusado de su poder de veto para acabar con el más mínimo atisbo de esperanza para la población de Gaza y sigue sumiendo sin piedad a más de 2 millones de gazatíes en la oscuridad», declaró Fu.
Cuando condenó las acciones de Israel, que sigue intensificando su bloqueo ofensivo de Gaza y diariamente lleva a la muerte a civiles inocentes mientras mantiene un gran número de personas al borde de la inanición, Fu recordó que la ONU «ha dejado claro que el mecanismo de distribución humanitaria promovido por Estados Unidos e Israel viola los principios de imparcialidad, independencia y neutralidad».
Asimismo, llamó la atención sobre el hecho de que, en los últimos días, hubo víctimas civiles en las proximidades de los puntos de distribución, indicios, según él, de que este mecanismo se ha convertido en una «trampa mortal».
«Las acciones de Israel han cruzado todas las líneas rojas del derecho internacional humanitario y constituyen una grave violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General, así como de la orden de la Corte Internacional de Justicia sobre medidas provisionales. Sin embargo, debido a la protección de un país, hasta ahora no se ha detenido ni se ha hecho rendir cuentas a las violaciones del derecho internacional», subrayó Fu.
Asegurando que el veto de EE.UU. «no es capaz de detener la marcha hacia la paz«, el diplomático urgió a Washington a que asuma sus responsabilidades como miembro permanente del Consejo de Seguridad, deje de lado los cálculos políticos, adopte una actitud justa y responsable y apoye al organismo en la adopción de todas las medidas necesarias.