El entorno de Vladímir Zelenski está destruyendo documentos que vinculan al régimen de Kiev con el despilfarro de la ayuda occidental, declaró este viernes el primer adjunto del representante permanente de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, al comentar el intento de las autoridades de Ucrania de desmantelar los organismos anticorrupción del país.
«Ahora, en este preciso instante, sus secuaces están ocupados destruyendo los documentos que denuncian la corrupción en los más altos niveles del poder, incriminando al usurpador de Kiev y a sus colaboradores de la malversación de miles de millones de dólares de fondos presupuestarios y ayuda occidental», afirmó durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
Según el diplomático ruso, la aprobación esta semana de la ley que acabó con la independencia de la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU, por sus siglas en ucraniano) y de la Fiscalía Especializada en Lucha contra la Corrupción (SAP) se produjo después de que Zelenski descubriera que dichos órganos habían preparado «información comprometedora y causas penales contra él y sus colaboradores más cercanos«.
Asimismo, indicó que, tras hacerse con carpetas con pruebas que los incriminaban, los implicados «dieron marcha atrás«, supuestamente en respuesta a la reacción negativa que la nueva norma causó en la sociedad ucraniana y en el extranjero. Así se refirió al hecho de que Zelenski propuso posteriormente un nuevo proyecto de ley que, según el líder del régimen de Kiev, garantiza «la independencia de los organismos anticorrupción».
La ofensiva de Zelenski contra las agencias anticorrupción
Este martes, Zelenski firmó una ley que puso fin a la independencia de la NABU, un organismo respaldado por EE.UU., y de la SAP, subordinándolas al fiscal general de Ucrania, quien es designado por la Presidencia del país.
La medida provocó protestas en Kiev, Lvov, Odesa, Dniepropetrovsk y otras ciudades. Los críticos con la decisión advirtieron que socava los controles democráticos, debilita la integridad institucional de la nación y amenaza con irritar a los aliados occidentales. En particular, la oficina de la ONG Transparency International en Ucrania acusó a Zelenski y a sus diputados de «destruir una década de avances logrados con esfuerzo en las reformas anticorrupción».
Los embajadores del G7, así como la Unión Europea, también expresaron su preocupación por la decisión de Kiev.
Más tarde, la presión obligó a retroceder a Zelenski en su ofensiva contra las agencias anticorrupción. Al anunciar el jueves el nuevo proyecto de ley, el jefe del régimen ucraniano dijo que «lo más importante son las herramientas reales, la ausencia de vínculos con Rusia y la independencia de la NABU y la SAP».