“No podemos ahora hablar de un cese al fuego de carácter nacional debido a la necesidad de seguir combatiendo a las organizaciones terroristas. Lamentablemente, todavía son numerosas”, aseveró el miércoles el enviado especial del presidente ruso para Siria, Alexander Lavrentiev.
A pesar de que persisten las provocaciones, el alto diplomático ruso expresó su optimismo sobre la situación en Siria, que está encaminada hacia la estabilización, pues el número de tales actos provocativos ha disminuido de manera significativa en las últimas semanas, remarcó Lavrentiev.
El representante del Kremlin para Siria se refirió, asimismo, al diálogo interno en Siria, entre el Gobierno del presidente, Bashar al-Asad y los representantes de la oposición siria.
“Tenemos la esperanza de que el proceso avanzará. Estamos lejos de pensar que será posible superar todas las divergencias existentes, pero hay interés en lograrlo”, indicó.
Tras más de ocho años de guerra contra el terrorismo, el Gobierno sirio, con la ayuda de sus aliados, ha logrado liberar la mayor parte de su territorio de terroristas y bandas armadas, que reciben el apoyo de ciertos países occidentales y regionales para desestabilizar a la nación árabe.
No obstante, aún quedan varias zonas en poder de los terroristas en las provincias de Idlib (noroeste), Alepo (noroeste), Hama (centro) y Deir Ezzor (noreste). En Idlib, donde hay una mayor concentración de elementos extremistas, se han establecido varias treguas, que siempre han sido violadas por agrupaciones terroristas y su aliado turco.
Ante tal situación, las autoridades sirias y rusas han defendido la necesidad de lanzar una operación a gran escala en Idlib para erradicar de una vez por todas el terrorismo en Siria.
