La huelga de hambre de Palestine Action va camino de convertirse en la más grande desde la protesta republicana irlandesa de 1981 liderada por Bobby Sands, pero los activistas dicen que se ha enfrentado a un “apagón informativo de los principales medios de comunicación”.
Hasta el momento, siete prisioneros se han negado a comer (algunos durante hasta cuatro semanas) y se espera que se sumen más.
Se encuentran entre los 33 prisioneros que están encerrados sin juicio, por su presunta participación en acciones no violentas destinadas a bloquear el suministro de armas a Israel.
Las demandas de los huelguistas de hambre son claras. Quieren que la mayor empresa armamentística de Israel, Elbit Systems, cese definitivamente sus operaciones en Gran Bretaña.
Quieren que se levante la prohibición de Palestine Action, actualmente catalogado como grupo terrorista. Y exigen libertad bajo fianza inmediata y un juicio justo, derechos democráticos básicos que ya deberían estar garantizados.
Francesca Nadin, portavoz de Prisioneros por Palestina, habló con Morning Star sobre su lucha.
La propia Nadin estuvo en prisión preventiva el año pasado por acciones en una fábrica de armas de Teledyne y una sucursal de Barclays en Leeds.
“El hecho es que por los cargos que tienen, que son daños a la propiedad, la gente normalmente nunca es puesta en prisión preventiva”, dice.
“Tengo claro que el proceso es el castigo”.
Cuatro de los huelguistas —Qesser Zuhrah, Heba Muraisi, Teuta Hoxha y Kamran Ahmed— han estado en prisión preventiva desde noviembre pasado, excediendo ampliamente el límite de prisión preventiva de seis meses.
Son parte de “Filton 24”: reclusos detenidos en relación con una acción en la que, según se informa, los activistas condujeron una camioneta de prisión readaptada hacia un centro de fabricación de Elbit y desmantelaron equipos en el interior.
Qesser, que no ha comido durante más de cuatro semanas, ahora se siente cerca del colapso, informan los activistas, mientras que Heba, que también ha pasado más de un mes sin comer, está severamente fatigada y le resulta cada vez más difícil retener agua.
Teuta y Kamran, que no han comido durante 26 y 25 días, fueron hospitalizados recientemente.
“Como podéis imaginar ahora, todos están muy débiles”, dice Nadin.
Está llegando al punto de un grave deterioro. Estamos preparados para que algo muy grave ocurra en cualquier momento.
Amu Gib, acusado de irrumpir en la base de la RAF Brize Norton y atacar dos aviones de combate, no ha comido durante un mes y ha perdido más de 10 kg.
A ellos se suman Jon Cink, también acusado de estar implicado en los hechos, que lleva 29 días sin comer, y Lewie Chiaramello, igualmente acusado, que asume importantes riesgos como diabético, ayunando cada dos días.
Prisioneros por Palestina afirma que ha documentado repetidos casos de reclusos privados de atención médica adecuada.
Nadin dice que hay casos en los que a los pacientes se les niega el acceso a los resultados de las pruebas y en los que las enfermeras son “manipuladoras” y “despectivas”.
“Dirán ‘es tu culpa, lo único que tienes que hacer es comer’, o incluso les acusarán de comer a escondidas”.
En un incidente, Kamran se desplomó en la prisión HMP Pentonville como resultado de niveles peligrosamente bajos de azúcar en sangre, lo que indica hipoglucemia, informan los activistas.
Pero cuando llamaron a los paramédicos del hospital local, dijeron que no lo recibirían porque rechazaba la glucosa y no había nada que pudieran hacer por él.
«Es simplemente un flagrante incumplimiento de su deber de cuidado y del juramento hipocrático», afirma Nadin. Finalmente, Kamran fue transferido.
Los activistas denuncian diferencias de trato en las cárceles privadas y públicas. Por ejemplo, en Bronzefield, una prisión privada gestionada por Sodexo.
“Lo que suelen hacer es negarse a realizar cualquier tipo de reconocimiento médico y hacer todo lo posible para evitar llevar a la gente al hospital, lo que no ha sido el caso en las cárceles públicas”.
Un portavoz del Servicio Penitenciario dijo: “Todo preso que un profesional médico considere que necesita tratamiento hospitalario es trasladado al hospital”.
Nadin dice que cuando los prisioneros son llevados al hospital, ha habido casos en que el contacto con la familia ha sido completamente bloqueado.
“Incluso les dijeron que en el caso de Kamran, el personal médico no tenía permitido darle actualizaciones al abogado”.
“Sólo pedían actualizaciones porque obviamente está gravemente enfermo.
Le pusieron un traje de escape. Estuvo esposado a la cama las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
En todos los medios de comunicación, la cobertura sobre los huelguistas de hambre ha sido escasa.
“De hecho, sospechamos que se ha emitido una orden de censura sobre esta noticia”, dice Nadin. “Porque ha habido un silencio informativo total sobre los principales medios de comunicación.
“Hay un patrón ahora de varios medios tradicionales que nos dicen: ‘Está bien, vamos a hacer esta historia’, y luego sus abogados la bloquean con alguna excusa ridícula sobre desacato al tribunal, lo cual, obviamente, ni siquiera tiene sentido”.
Ella sostiene que esto se debe a que la historia atraería un fuerte apoyo del público.
¿Cómo no? Todo lo que piden es completamente razonable.
Los huelguistas de hambre se han encontrado hasta ahora con el silencio del gobierno.
En el momento de redactar este artículo, el diputado laborista John McDonnell tenía previsto reunirse con los diputados para analizar sus demandas junto con los familiares de los presos.
Mientras tanto, la acción ha recibido mensajes de apoyo de todo el mundo y tres presos en Estados Unidos, Grecia e Italia han declarado huelgas de solidaridad.
“Realmente les da fuerza para continuar porque esa emoción se traduce en su estado físico y en cómo se sienten”, dice Nadin.
A principios de esta semana finalizó una revisión judicial sobre la prohibición de Palestine Action, aunque se emitirá una sentencia en una fecha posterior.
“Aunque este caso legal no prospere, eso no impedirá que la gente actúe”, dice Nadin. “De hecho, la gente está más enojada que nunca”.
Refiriéndose a aquellos que han salido en masa a protestar contra la prohibición sosteniendo carteles de apoyo a la Acción Palestina, dijo: “Estas son personas que normalmente nunca considerarían ser arrestadas.
“La gente se está radicalizando por esto”.
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