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La aldea multipolar se ha constituido como un frente internacional ante la urbe hegemónica que es causante de las mayores desgracias en el mundo.

Sigue la caída de Europa hacia el abismo, pero aparece un atisbo de resistencia popular

Los imperios no perdonan jamás a los rebeldes; un insumiso deja una simiente que puede retoñar muchas generaciones después

Las Juventudes Comunistas que suscriben esta resolución, reunidas en Madrid durante el fin de semana del 27, 28 y 29 de mayo con motivo de la celebración de la reunión del Grupo de Trabajo preparatorio al MECYO, así como las Juventudes Comunistas que se adhieren, rechazan la celebración de la Cumbre de la OTAN en España.

Con su estrategia de considerar el frente político-informativo tan importante como el frente militar, Ucrania continúa intentando equilibrar dos ideas contradictorias: la catastrófica falta de medios para luchar y la victoria segura en esta guerra. Esta semana, la representación más clara de esta postura ha corrido a cargo del asesor de la Oficina del Presidente Mijailo Podoliak, miembro de la delegación ucraniana para las negociaciones que se produjeron en las primeras semanas de la intervención rusa y una persona influyente en la cadena de toma de decisiones de Ucrania en estos momentos en los que el poder se concentra en el limitado círculo en torno a Volodymyr Zelensky.

La juventud obrera de Italia y España compartimos las similitudes propias del desarrollo capitalista de dos países que también forman parte de las mismas alianzas interimperialistas. Pero además de esto, las relaciones entre los comunistas italianos y españoles vienen de lejos y forman parte del hilo rojo de ambos; tanto en sus claros como en sus oscuros: desde los miles de voluntarios que vinieron a nuestro país a combatir el fascismo durante nuestra guerra Nacional-Revolucionaria, hasta el desarrollo del eurocomunismo, que supuso casi el desmantelamiento del movimiento comunista a finales del siglo pasado.

Polonia y Ucrania comparten una historia complicada en la que cada una de las partes ‎ha perpetrado masacres contra la otra. Pero hace 8 años que esos dos países parecen ‎actuar juntos contra Rusia. Después de haber creído que podría anexar algún territorio ‎ruso si Rusia perdía la guerra, el gobierno de Varsovia ahora se ve entusiasmado ante ‎la posibilidad de anexar una parte de Ucrania. El presidente polaco Andrzej Duda ‎parece haber obtenido ciertas garantías del presidente ucraniano Volodimir Zelenski. ‎A cambio de la ayuda militar de Varsovia contra los rusos, Polonia podría anexar la ‎región de Galitzia, que hoy es parte de Ucrania.

Vassilissa es una joven bolchevique de gran rectitud moral que se enamora perdidamente de Volodya, un atractivo anarquista. Inician una bonita pero también tormentosa relación en la que el amor se entremezcla continuamente con el compromiso por su pueblo. Al igual que Alexandra Kollontai, la protagonista de esta novela se entrega totalmente a la causa revolucionaria rusa y a la lucha feminista. En palabras de la autora, «Esta novela no es ni un estudio «ético» ni un cuadro de la vida de la rusa soviética. Es puramente un estudio psicológico de las relaciones sexuales del período de la posguerra. Muchos de los problemas que presento no son exclusivos de la Rusia soviética. (…) Mi intención al escribir este libro es que sirva, aunque sea poco, para combatir la vieja hipocresía burguesa de los valores morales y para demostrar una vez más que empezamos a respetar a la mujer, no por su «moral buena», sino por su actuación, por su sinceridad, con respecto a los deberes de su clase, de su país y de la Humanidad en general»