Rusia rechaza las acusaciones de violación del TNP y traslada estos señalamientos al despliegue de bombas B61-12 en países europeos de la OTAN.
“Según nuestra evaluación, esto va en contra de los compromisos del Tratado de No Proliferación (TNP)”, ha dicho este martes el director del Departamento de No Proliferación y Control de Armas de la Cancillería rusa, Mijail Ulianov, en referencia al despliegue proyectado de la nueva bomba nuclear estadounidense B61-12 en un número de Estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Durante una entrevista a la agencia de noticias TASS, Ulianov ha criticado la justificación que dan los especialistas militares estadounidenses cuando califican a esta bomba de «más ética y más utilizable», porque tiene menos efectos catastróficos para los civiles si se usa en grandes áreas.
La Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Energía estadounidense informó este lunes que ha realizado con éxito dos pruebas de su modernizada bomba termonuclear B61-12 para examinar su rendimiento en caso de necesidad.
En otro momento de sus declaraciones, Ulianov ha señalado que EE.UU. acusa reiteradamente a Rusia de violaciones del TNP para cubrir la mejora de su propio arsenal nuclear.
“Hay tal sensación de que estas acusaciones sirven también como una cortina de humo para modernizar el potencial estadounidense más bien peligroso”, ha afirmado.
Algunos potencias nucleares, Estados Unidos y el régimen de Israel entre estas, se han mantenido al margen del TNP. Washington alega que ante la amenaza de países como Corea del Norte sigue siendo necesario el armamento nuclear para protegerse.
EE.UU. acusa a los demás países de ser una amenaza nuclear y se autoproclama valedor de la paz, pero es la única potencia nuclear que ha empleado este tipo de devastadora arma contra otro país. En 1945, el país norteamericano lanzó dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
