“La contrarrevolución se queja de no tener periódicos contrarrevolucionarios, ni estaciones de radio contrarrevolucionarias, ni universidades contrarrevolucionarias, ni órganos de poder contrarrevolucionarios.
“Se queja de no tener un ejército, se queja de no tener controlado, como tenía, el aparato sindical del país, amordazado, sometido a las pandillas de gángsters, corrompidos y criminales.
Claro, lo echa de menos, y se olvida de que antes el guajiro, el guajiro desahuciado, desalojado, el guajiro hambriento, el obrero explotado y oprimido, el hombre humilde del pueblo, víctima de todas las injusticias y de todas las iniquidades no tenía quien lo defendiera; no podía ir a un periódico a escribir su infortunio; no podía ir a una estación de radio a denunciar la injusticia que contra él se cometía, y la clase dominante y explotadora tenía el monopolio absoluto de todos los resortes del poder, de todos los medios de divulgación de las ideas…”
Fidel, 16/12/1960