El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, aseguró el lunes que su país ‘no se quedará de brazos cruzados’ ante la crisis que atraviesa Venezuela.
“El presidente (de EE.UU., Donald) Trump ha dejado muy claro que no nos quedaremos de brazos cruzados mientras Venezuela colapsa”, dijo Pence ante los periodistas en Cartagena (Colombia), donde está de visita oficial.
El alto funcionario estadounidense recalcó, asimismo, que “un Estado fallido” en Caracas se considera por la Casa Blanca como una “amenaza” para la “seguridad y prosperidad” de EE.UU. y tiene un efecto negativo a su país.
A continuación, Pence explicó que una de las amenazas que supone el agravamiento de la situación es un aumento del narcotráfico y flujo de inmigrantes hacia Estados Unidos.
En este sentido, el vicepresidente estadounidense manifestó que los mencionados factores podrían “comprometer nuestras fronteras, nuestra economía y, en algunos casos, comprometer la seguridad de nuestras familias y comunidades”.
Además, aseguró que Washington utilizará todos los recursos a su disposición, es decir, según sus palabras, “el peso del poder económico y diplomático estadounidense” para, lo que llamó, “restaurar la democracia” en Venezuela.
Aun así, el tono de Pence es más conciliador que el de Trump, quien amenazó la semana pasada con la “opción militar” contra Venezuela, una postura que fue condenada tanto por autoridades venezolanas como por varios Gobiernos de la región.
En reacción a las declaraciones beligerantes del inquilino de la Casa Blanca, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó la realización de maniobras militares en todo el país suramericano: “si amas la paz, prepárate para la guerra”, dijo Maduro mientras anunciaba los ejercicios defensivos que se llevarán a cabo a finales del presente mes de agosto.