La aprobación o rechazo de las reformas educativas en Chile tiene enfrentada a las dos organizaciones tradicionales, a las que se sumó esta semana una tercera.
La marcha de estudiantes secundarios celebrada en Santiago, capital de Chile, nunca prosperó. Las diferencias entre dos agrupaciones participantes llegaron a los golpes, síntoma de la crisis del movimiento estudiantil de este año.
Sin lograr la masividad de las movilizaciones de 2006 o 2011, el movimiento estudiantil de este año ha tenido como protagonista a la policía y no a los estudiantes y sus demandas. La falta de unidad provoca frustración y debilita al movimiento estudiantil.
El Gobierno hábilmente presenta avances que no corresponden ni a sus promesas ni a las demandas estudiantiles. El bochornoso episodio cierra el ciclo de movilizaciones de este año, en pausa hasta el paso de las elecciones generales de noviembre.
Leonel Retamal, Santiago.