MOSCÚ (Sputnik) — Rusia no dejará sin respuesta las acciones inamistosas de EEUU, afirmó el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

En una entrevista con el periódico italiano Libero, el titular de la diplomacia rusa recordó que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, había subrayado en más de una ocasión que Rusia está dispuesta a un trabajo “constructivo” con EEUU para mejorar las relaciones que han degradado en los últimos años no por culpa de Moscú, enfatizó.

A la vez subrayó que “desde luego responderemos a cualquier paso inamistoso basándonos en el principio de reciprocidad”.

El canciller añadió que el potencial de la cooperación tanto bilateral como internacional entre Rusia y EEUU sigue sin aprovecharse.

“El desenfreno de la rusofobia en ultramar hizo que se desaprovechase el potencial de la cooperación en los asuntos mundiales y bilaterales”, dijo.

Señaló que en este sentido Moscú ve difícil esperar “ciertos pasos positivos” por parte de Washington.

Lavrov tachó de “tontería y falta de responsabilidad” el hecho de que Rusia figura en la legislación de EEUU como “enemigo”.

El ministro subrayó que Rusia no tiene semejante actitud hacia EEUU.

“Al revés, siempre hemos tratado con respeto al pueblo estadounidense y sus logros”, dijo.

Agregó que las acciones de la Administración Trump hacia Rusia son un legado de su predecesor, Barack Obama.

“En la práctica, por desgracia, varias acciones concretas por el equipo de Donald Tump, tienen un carácter inerte y de hecho no difieren mucho del rumbo de Barack Obama”, dijo en una entrevista con el periódico italiano Libero.

Lavrov denunció que por iniciativa del “lobby antirruso” Washington da más pasos inamistosos hacia Rusia en varios ámbitos.

Mencionó, en particular, la ampliación de las restricciones unilaterales, la ampliación de la presencia estadounidense y de la OTAN cerca de las fronteras rusas y los esfuerzos para desacreditar a la política exterior de Rusia.

“Una invectiva sin precedentes fue el cierre por las autoridades de EEUU del Consulado General de Rusia en San Francisco y la toma de cinco instalaciones diplomáticas que son nuestra propiedad diplomática”, dijo.

A finales de agosto, el Departamento de Estado de EEUU pidió a Rusia desalojar su Consulado General en San Francisco y dos oficinas diplomáticas más, una en Nueva York y la otra en Washington, poniendo como fecha límite el 2 de septiembre.

El Ministerio ruso de Exteriores cumplió la petición de Washington pero la calificó de un acto hostil y una burda violación del derecho internacional.

“A juzgar por todo, la Casa Blanca todavía no ha elaborado un enfoque claro hacia Rusia”, manifestó Lavrov.

Recordó que Trump sigue afirmando que quisiera normalizar las relaciones con Rusia y cooperar sobre los temas internacionales, tal como lo había hecho durante la campaña electoral.

“Se lo ha dicho más de una vez al presidente Vladímir Putin por teléfono y durante conversaciones cara a cara, incluyendo en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Da Nang (Vietnam)”, puntualizó.

Según el jefe de la diplomacia rusa, la situación para la cooperación bilateral “permanece muy difícil”.

“El establishment de Washington fue inundado por una ola de actitudes rusófobas, provocada por determinadas fuerzas políticas que no quieren conformarse con los resultados de las elecciones presidenciales en EEUU del año pasado”, expresó.

Lavrov agregó que por ahora es difícil pronosticar las consecuencias de esta difícil etapa de las relaciones ruso-estadounidenses.

“La polarización de las opiniones en EEUU alcanzó un nivel inédito para las últimas décadas, se extiende no solo a las áreas política y económica, sino que afecta también todos los temas de la vida social”, concluyó.

Destacó que la misión de paz de la ONU que se desplegará en el este de Ucrania llegará una vez los bandos enfrentados hayan retirado sus fuerzas.

“Un contingente de la ONU será desplegado en la zona de conflicto tras la separación de las fuerzas y la retirada de armamento”, afirmó Lavrov.

El ministro precisó que el despliegue de fuerzas de la ONU “debe ser acordado con las autoridades tanto en Kiev, como en Donetsk y Lugansk”.

Lavrov recordó que en septiembre pasado el presidente ruso Vladímir Putin propuso una iniciativa para establecer una misión de la ONU que ayude a proteger a la Misión Especial de Observación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Donbás.

“La idea de la propuesta es que las fuerzas de la ONU solo deben garantizar la seguridad de los observadores de la Misión Especial de Observación de la OSCE, que serán desplegados en la zona de retirada por ambos lados de la línea de separación, así como durante el patrullaje de otras áreas de conflicto, conforme a su mandato para cumplir los Acuerdos de Minsk”, explicó.

El canciller ruso destacó que los Acuerdos de Minsk “siguen siendo la base para resolver” el conflicto ucraniano y que se mantienen todas las plataformas de negociaciones existentes: el Grupo de Contacto Trilateral (la OSCE, Rusia y Ucrania) y el ‘cuarteto de Normandía’ (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania).

Asimismo, el ministro ruso declaró que la Unión Europea debería dejar de construir su política respecto a Moscú a partir de los criterios reduccionistas de una minoría rusófoba dentro del bloque.

“Esperamos que en las instituciones de la UE se animen a renunciar a una política hacia Rusia construida a partir del principio del mínimo común denominador y dejen de ir a remolque de un grupo reducido, pero muy agresivo de rusófobos”, manifestó Lavrov en una entrevista con el diario italiano Libero.

Moscú por su parte desarrollará la cooperación con Bruselas “a un ritmo al que estén dispuestos a hacerlo los socios europeos”, aseguró el jefe de la diplomacia rusa.

La semana pasada, Lavrov dijo que algunos países de la OTAN y de la Unión Europea se contagiaron del “virus de la rusofobia patológica”.

Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.

Ese mismo año, EEUU, la Unión Europea y otros países aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia.

Moscú, que respondió con un embargo alimentario a EEUU y a la UE y sus socios, ha subrayado en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania.

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