El revisionismo histórico en el sistema educativo

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Ni que decir tiene que el sistema educativo está en manos de la burguesía, como no puede ser de otra manera bajo el sistema capitalista. Esto trae consecuencias graves para los intereses de la clase obrera, pues pasa a estar dominada culturalmente por la clase explotadora, retornándonos a aquella premisa de Marx que dice que “la ideología dominante, es la ideología de la clase dominante”, en la que además debemos incluir todo el aparato mediático burgués así como otros mecanismos de transmisión de cultura no tan masivos.

En el caso que atañe a nuestras escuelas, institutos e universidades, la ideología capitalista fluye como río en bajada, habiendo sido ya testigos de aberraciones tales como: libros de primaria promoviendo planes de pensiones privadas, la cultura enterpreneur, que descarga las culpas del fracaso del sistema sobre el individuo, la responsabilización de los fallos del capitalismo sobre sus propias víctimas en lugar de sobre el sistema, alabanzas a Esperanza Aguirre mientras a su vez se culpaba a la 2a República de la infame Guerra Civil provocada por el alzamiento fascista de Franco, e incluso a la Editorial Santillana atreviéndose a tergiversar directamente al mismísimo Karl Marx, diciendo de él que era un admirador del capitalismo.

Estos ejemplos no son nada que deba sorprender a estas alturas, pero desde el Comité Nacional del Partit Comunista Obrer de Catalunya queremos hacer hincapié con más detalle en una forma de tergiversación específica que, sin duda, puebla las universidades de nuestro país y previsiblemente de todo el mundo capitalista: El revisionismo histórico, entendiendo este concepto como la manipulación de la historia para obviar todo lo que representan y han representado tanto la Unión Soviética como el socialismo en general para el avance de la humanidad.

1-Las narrativas sobre el Estado de bienestar.

Es frecuente que en las facultades, especialmente de índole de humanidades y tradición activista (Ciencias Políticas, Sociología, etc.), al educar sobre cuestiones sociales se ponga el ojo sobre el mal llamado “Estado de Bienestar”, como paradigma de lo que debiera ser una sociedad avanzada, en especial haciendo alusión a los países nórdicos, obviando toda una serie de factores que sí o sí debieran ser explicados para que la clase obrera comprenda realmente de qué estamos hablando cuando nos referimos a este supuesto paradigma “ideal” de sistema político:

-Se habla de él como el “pacto capital-trabajo”, ahora quebrado. Se obvia completamente que este Estado de Bienestar fue la reacción de pánico de la burguesía ante el triunfo soviético en la Segunda Guerra Mundial, las revoluciones en los países liberados del yugo fascista por el Ejército Rojo durante la contienda y el consiguiente atractivo que generaba el comunismo en las masas proletarias oprimidas de los estados imperialistas en un momento de máxima agudicación de lucha de clases a nivel mundial. De igual modo, se obvia que la involución acelerada de este mismo estado está directamente conectada con la actual inexistencia de un bloque socialista que sirva de referente al proletariado.

-Se habla de sus “fallos” actuales, reconociendo su incapacidad para resolver cuestiones como el problema del paro forzoso o las complejidades que presenta la inmigración en nuestros países, no sólo obviando que es imposible resolver estas problemáticas sin atacar las raíces de estos problemas en este sistema, sino ignorando conscientemente el hecho de que el Estado de bienestar se ha sostenido a costa de los recursos y la sangre obrera de las colonias de Occidente: América Latina, Asia y África. Y por ende no puede ser ejemplo de nada, más que de lo que es: otro engaño de la clase explotadora para perpetuarse en su posición privilegiada.

-Se presenta a Suecia o Noruega como paradigmas deseados. Si bien, ya es un sinsentido partiendo de la premisa de que son estados capitalistas, conviene remarcar algunas de las consecuencias de esa quimera “social-liberal” que son estos países, como la muerte en soledad -uno de cada cuatro suecos muere solo y nadie reclama su cuerpo-, reflejo del triunfo del individualismo liberal, o el elevado índice de suicidios.

2-El análisis histórico del siglo XX y XXI:

-Cuando se hace una revisión a la evolución de la humanidad en términos de avance económico, de derechos y tecnológico, se presenta la historia del capitalismo como la historia del mundo contemporáneo. En cambio, se ocultan los logros alcanzados por la Unión Soviética ya en sus primeros años, pues, mientras el capitalismo en su fase imperialista entraba en una profunda crisis de sobreproducción tras el crack del 29 y lastraba todas las carencias materiales del pueblo trabajador, propias del capitalismo, en el socialismo la igualdad de derechos para la clase obrera y la total colectivización de todos los medios de producción ya estaba siendo un hecho real.

-De igual manera, se resta peso al valor fundamental del movimiento obrero en la conquista de derechos.

3-Tratamiento de la economía:

-Para los académicos burgueses, a la hora de enseñar, sólo existe la economía capitalista, no la planificada. Podemos verlo no sólo en Administración y Dirección de Empresas, sino en las asignaturas sueltas que otras facultades de humanidades realizan, donde los principios y criterios enseñados son fundamentalmente capitalistas, no planteando en ningún caso cómo funcionar de otra manera, ni mucho menos cuestionando la propiedad privada.

–La economía capitalista es presentada como ciencia irrefutable, cuando estamos hablando de ideología, de liberalismo, de algo que puede y debiera ser cuestionado y derribado de arriba a abajo.

–Se obvia el factor humano en los análisis. Por trasladar esto a un ejemplo: si para aumentar mis beneficios empresariales he de despedir a un trabajador, lo despido. No se habla ni cuestiona el hecho de que esto significa abandonar a su suerte al obrero, desposeído ante la miseria que representa la vida proletaria.

4-Tipología de autores, en especial en las facultades consideradas “progresistas”:

-Ciencias Políticas, Sociología, etc. acostumbran a ser facultades de activismo social, nutridas en buena medida de las ideologías recibidas en clase. Sin embargo, vemos que, por ejemplo, Karl Marx apenas es tocado de refilón en estas, junto a otros autores, siendo que Lenin o Stalin ni siquiera son mencionados, dejándose completamente marginada la ideología comunista, tan nociva para el sistema. A su vez, se presentan autores como Adam Smith y la infame “mano invisible”.

-En contrapartida, se hace hincapié en autores de índole posmoderna como Michael Foucault y su teoría del poder, así como en toda una serie de autores y autoras asociados a las políticas de identidad (identity politics) o “ismos”, cuya ideología diluye y difumina dramáticamente la perspectiva de clase, al promover visiones parceladas o sesgadas de la lucha de clases -la cual ni siquiera suele ser mencionada-, retirando el foco del trabajo y la propiedad privada de los medios de producción, antagonismos fundamentales que vertebran las desigualdades en el capitalismo. Estas perspectivas colaboran de forma miserable a la disgregación del movimiento obrero. No es casualidad que buena parte de ellas salgan de universidades yankees durante la segunda mitad del siglo XX.

5-Ámbitos de impacto: Se trata de una invasión transversal.

-Podemos ver estas perspectivas tanto a nivel de grado (o la anterior licenciatura), como de posgrado o máster, pues ya sólo en sus títulos podemos verlos ocasionalmente. Si bien, la tergiversación histórica como mencionamos al principio del artículo, es transversal, desde la más tierna infancia.

-Desde estas facultades, por ejemplo en el caso de Sociología y su rama dedicada a la sociología de la educación, se habla de promover el cambio desde esta. A los promotores de estas ideas, podríamos preguntarles, por ejemplo, ¿cómo piensan encajar una educación en valores, para el caso, no competitivos (socialistas), si los medios de producción materiales y culturales, y por ende el sistema educativo en sí, están en manos de la burguesía, que no tiene ningún interés en ello? Se propone la cuadratura del círculo. Jamás se podrá hacer un cambio radical si la clase obrera no toma los medios de producción, salvo pequeños parches locales dentro de los límites permitidos por el Capital.

6-El sindicalismo estudiantil, un freno reformista.

Si bien, las universidades y facultades acostumbran a tener sindicatos de estudiantes, estos brillan por su ausencia de cohesión ideológica, carácter posmoderno (dominio de las ideologías de los movimientos sectoriales), baja participación y, en general, una falta de claridad de ideas y objetivos, propia de cualquier movimiento interclasista, que desnorta al estudiantado de extracción obrera y popular y lo arrastra al campo de la burguesía.

A modo de síntesis:

Desde el P.C.O.C., denunciamos que la universidad burguesa, más allá de los conocimientos metodológicos que pueda aportarnos para desarrollar un rol funcional a los intereses de su sistema dentro de su anárquica rueda productiva, es ante todo una máquina de tergiversar la historia de la humanidad, narrarla en clave capitalista y de manera intencional presentarla como un “todo” mundial, insultando de forma infame el legado del socialismo tras la Gloriosa Revolución de Octubre, tratando de sustituir lo que esta experiencia nos enseña por ideologías posmodernas sectoriales que segreguen a la clase obrera en pequeñas luchas parciales por diversas causas, desconectadas del proletariado y su interés fundamental: la emancipación de clase, y con ella el fin de las desigualdades.

Para que el mundo académico nos cuente la historia desde la visión del proletariado, es fundamental que este tenga en sus manos todos los medios de producción de cultura, que simultáneamente ha de venir con la posesión de los medios de producción material, para lo cual el socialismo es condición sine qua non.

¡Por el fin del revisionismo histórico y el respeto al legado del campo socialista!

¡Por la emancipación de la clase obrera!

¡Por la Revolución!

COMITÉ NACIONAL DEL PARTIT COMUNISTA OBRER DE CATALUNYA (PCOC)

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