El Consejo de Ministros español ha dado luz verde este viernes al envío de 65 militares a Afganistán, triplicando su presencia en el país devastado por la guerra.
El nuevo traslado de militares, que se sumarán a los 30 ya desplegados, se hace a raíz de la petición de Estados Unidos de un mayor esfuerzo a sus aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), aunque ha prometido poner fin a su misión.
Estos militares atenderán labores de entrenamiento, asesoramiento y asistencia a los órganos logísticos nacionales afganos, al Mando Nacional Afgano de Operaciones Especiales y a un batallón de Operaciones Especiales.
Además, los efectivos españoles, que contribuyen en los cuarteles generales en Kabul a las tareas de Estado Mayor, prestarán protección y seguridad al personal desplegado en el país centro asiático.
Se espera que la ministra de Defensa de España, María Dolores de Cospedal, comparezca ante el Congreso del país ibérico el próximo 24 de enero para convencer a los legisladores que autoricen este incremento.
Hace más de una década, los soldados españoles fueron desplegados en Afganistán en el marco de la misión de la Alianza Atlántica, dirigida por Washington, para presuntamente sacar del poder al grupo armado Talibán y restaurar la seguridad en el país, este último propósito no se ha cumplido hasta el momento.
El expresidente de EE.UU. Barack Obama empezó a retirar sus fuerzas de Afganistán, pero la actual Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, anunció el pasado mes de agosto su nueva estrategia para este país, que incluye el despliegue de casi 4000 efectivos adicionales, bajo la antigua excusa de la “lucha contra terrorismo”.
Sin embargo, los miembros del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) han conseguido expandirse en Afganistán ante los ojos de Estados Unidos y sus aliados. De hecho, varios informes aseguran que Washington está colaborando con esta banda terrorista takfirí en Afganistán y le ha permitido ampliar su presencia.
