El Ejército de Estados Unidos financió a las fuerzas de seguridad de Afganistán aun sabiendo que estas cometían graves violaciones de los derechos humanos, con prácticas pedófilas y ejecuciones extrajudiciales, entre otras, revela un informe publicado el martes.
Se trata de un informe de la oficina del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés), entregado al Congreso de EE.UU. en junio como documento secreto, pero que ahora ha sido desclasificado.
Aunque el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado han “confirmado que algunas unidades de las fuerzas de seguridad afganas han cometido violaciones graves de los derechos humanos”, el secretario de Defensa ha utilizado una cláusula especial para algunas unidades implicadas, dice el documento.
Así pues el informe indica que, desde el 12 de junio, 2106 funcionarios estaban investigando 75 denuncias de graves violaciones de los derechos humanos, siete sobre agresión sexual infantil.
Además de esos incidentes, los funcionarios también estaban investigando las ejecuciones extrajudiciales y la tortura de los detenidos.
Tras la invasión de Afganistán por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 2001, el país sufre de extensos problemas de seguridad, a pesar del aumento de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, como anunció en 2009 Barack Obama, el entonces presidente de EE.UU.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hasta mediados de 2017 se registraron 1662 civiles muertos y 3581 heridos. Desde 2009 hasta el momento, el conflicto armado ha acabado con la vida de 26 512 civiles y ha dejado 48 931 heridos.