El PSOE está a punto de dar marcha atrás, si no lo hizo ya, en la venta de 400 bombas a Arabia Saudita que matarán a más niños yemeníes. Igual ahora los Saud se vienen arriba y gestionan otro contrato para realizar decapitaciones públicas en la Plaza Mayor de Madrid como reclamo turístico que todo vale para recaudar dinero destinado a pagar la deuda impagable.
Pero también existe, desde mi punto de vista, otra visión sobre esta vergonzosa bajada de pantalones.
Nos vienen a decir que lo hacen por los obreros de Navantia; sin embargo ¿desde cuándo se han preocupado, tanto por esos como por todos los demás, si durante la reconversión industrial impuesta por Alemania los arrojaron a la precariedad? Es bueno recordar que por entonces, confrontaron una durísima resistencia obrera hasta el punto de que Felipe González, el de los GAL, llegó a llamar terroristas a los trabajadores en lucha. Y ni siquiera estaba presente la actual crisis.
Sus rectificaciones y entono de mea culpa en torno a esta cuestión además de estar vinculados al mercadeo de votos en elecciones no muy lejanas, demuestra también el miedo que tienen a que la clase obrera más avanzada, la que nunca se entregó ni traicionó deje de atomizarse, se una y comience a asumir retos organizativos peligrosos para el régimen de los Borbones.
Saben que de de llegar a ese punto, esos mismo obreros que hoy se manifiestan a favor de la construcción de las fragatas feudales mañana podrían declararse contrarios a su fabricación por un criterio de conciencia de clase. Y eso, en medio de la crisis final del capitalismo, supondría el principio del fin de la España Negra Borbónica.