Washington podría haber usado un centro médico que creó en Georgia para realizar experimentos “prohibidos” en EE.UU., advierte un exministro georgiano.
Aunque el Gobierno georgiano desmiente la información, el exministro de seguridad Igor Giorgadze (1993-1995) asegura que ha conseguido 100 000 páginas de datos clasificados que desvelan “oscuros secretos” en relación al Centro de Investigaciones de Salud Pública Richard Lugar, en las afueras de Tiflis, capital de Georgia.
Los documentos —el exministro dice que los publicará gradualmente— incluyen experimentos realizados con seres humanos, que en algunos casos han causado su muerte. Otra parte revela investigaciones militares y el desarrollo de armas biológicas, según destaca la cadena rusa RT, citando a Giorgadze.
El laboratorio fundado en 2011 por Estados Unidos “a unos 17 kilómetros de Tiflis (…) nunca se destinó a centro médico ni parecía un hospital (…) El centro podría estar realizando experimentos que están prohibidos en el suelo estadounidense”, indicó el domingo Giorgadze a RT.
La fuente añadió que para la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa (DTRA, por sus siglas en inglés) el centro es “una agencia de apoyo” militar del Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono), que se ocupa de desarrollar armas de destrucción masiva.
Citando documentos desclasificados, Giorgadze precisa que EE.UU. ha desarrollado, entre otros dispositivos, aviones teledirigidos para lanzar moscas y “toxinas letales y no letales”, usadas “para llevar a cabo operaciones de sabotaje”.
El exministro georgiano subraya que el inicio de las actividades del laboratorio coincidió con el creciente brote de ciertas enfermedades. Los residentes que viven cerca del centro se quejan de “frecuentes dolores de cabeza, enfermedades” y de un persistente “olor extraño”, añade.
En 2014, el Centro Richard Lugar, en Georgia, fue equipado con instalaciones para experimentar con insectos y lanzó un proyecto llamado “Expandiendo el conocimiento sobre el cifrado de las moscas pequeñas en Georgia y el Cáucaso”, aunque el plan cubría un área geográfica mayor que la mencionada.
El Ministerio ruso de Defensa ha reaccionado ante esta información, señalando que “los documentos publicados contienen indicios de serias infracciones de la Convención sobre Armas Biológicas (1972) por parte de Estados Unidos”