La presentadora de la cadena iraní Press TV Marzie Hashemi sigue detenida en Washington, capital estadounidense, sin cargos contra ella.
Este martes se cumplen 10 días desde la detención de Marzie Hashemi como “testigo material”, tal y como justifica Estados Unidos. Aunque no pesan cargos contra la presentadora de la cadena iraní Press TV, ella tiene restricciones para comunicarse con su familia, según sus hijos, y la Justicia estadounidense tampoco ofrece explicaciones exactas sobre su situación.
A juicio del canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, el caso de Hashemi, ciudadana estadounidense de raza negra y convertida al Islam, además de violar la libertad de expresión, evidencia que el racismo no ha muerto en el país norteamericano.
El presidente del Poder Judicial de Irán, ayatolá Sadeq Amoli Lariyani, pidió al fiscal general del país adoptar todas las medidas legales que resulten en la inmediata liberación de Hashemi, que según su familia ha sido maltratada durante su arresto.
Hashemi volverá a comparecer ante un tribunal el 23 de enero, por tercera vez, sin embargo, no hay garantías que tras la audiencia sea puesta en libertad.
Un informe de 2005 de Human Rights Watch (HRW) y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) denunció el uso “excesivo” de órdenes de detención de personas como “testigo material” en Estados Unidos. El informe consideró también que en muchas ocasiones los arrestos son “ilegales” porque los detenidos nunca son interrogados por un gran jurado o se les niega el acceso a abogados durante largos períodos de tiempo.
