Por cuarto día consecutivo, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia llevan a cabo una ofensiva en el sur de la provincia siria de Idlib, controlado por terroristas.
Al respecto, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, recalcó el lunes que Damasco tiene todo el derecho de garantizar la seguridad de su pueblo en su territorio, y ha insistido en que la situación en Idlib y otras áreas donde los terroristas aún están activos “no puede seguir así para siempre”.
En esa misma línea, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo el sábado que la lucha contra los terroristas en Idlib debe continuar, si bien, alertó de que los civiles deben ser tomados en consideración antes de una operación integral allí, refiriéndose así a un posible ataque de gran envergadura.
El mandatario ruso, quien en declaraciones anteriores aseguró el mantenimiento de un contingente militar activo en Idlib, advirtió a los terroristas de que “si continúan realizando ataques, se enfrentarán a una respuesta y serán golpeados”.
En cualquier caso, Putin ha recordado que las operaciones militares rusas en Siria son básicamente de apoyo aéreo y se desarrollan a solicitud del Ejército sirio.
Los ataques aéreos de la Aviación rusa registrados en Idlib se producen horas después de que un grupo de terroristas arremetiera contra las tropas del Ejército Árabe Sirio en el campo noroeste de la gobernación de Hama. Como resultado de este ataque, más de diez soldados sirios murieron y varios más resultaron heridos.
Según informan varios medios locales, la Fuerza Aérea rusa también apuntará a varios sitios pertenecientes a la alianza terrorista Hayat Tahrir Al-Sham (HTS), liderada por el Frente Al-Nusra (ahora denominado Frente Fath Al-Sham) y que según diversos informes recibe apoyo de EE.UU., el Reino Unido, Turquía y algunos Estados árabes ribereños del Golfo Pérsico.
Durante las últimas 48 horas los terroristas también han intentado bombardear la base aérea de Hmeimim, en la provincia occidental de Latakia, en dos ocasiones separadas; sin embargo, todos los ataques fueron rechazados por los militares rusos.
Desde el sur de Idlib, que sigue en las garras de bandas rebeldes y extremistas afines a Al-Qaeda desde 2015, se lanzan continuos ataques a las posiciones de las Fuerzas Armadas sirias, los cuales son respondidos con bombardeos limitados.