.— Conversaba la víspera con una colega y amiga, y su apreciación sobre la dicotomía entre buenos literatos y malos hombres me motivó a escribir estas líneas.
Hablábamos sobre las últimas ofensas–no literarias, sino políticas– de Mario Vargas Llosa contra el gobierno recién electo de Alberto Fernández en Argentina, de las vulgares diatribas del escritor contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, y su literal aberración, con apreciaciones mentirosas y superficiales en sus concepciones sobre lo que ocurre en Chile, entre otras.
¿Cómo valorar a un Vargas Llosa que asegura que «el triunfo de Alberto Fernández es una tragedia, y que los argentinos se van a lamentar de la no reelección de Mauricio Macri»?
Al respecto, Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, le respondió asegurando que Macri «trabajó para la demolición de Argentina y con el triunfo de Alberto Fernández esperamos remontar y salir de este pozo en que nos sumergió la política de Macri».
Respecto a la acusación de Vargas Llosa sobre una supuesta «vocación suicida» de los argentinos, Pérez Esquivel manifestó: «Al contrario, respiramos aires nuevos y la esperanza que antes no teníamos».
«Lo que Macri nos dejó es marginalidad, pobreza y desempleo. Ha sido enorme la represión contra el pueblo. Macri privilegió el capital financiero sobre la vida del pueblo», apuntó en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas. En ese sentido, consideró que «lo de Vargas Llosa no es nuevo, ya que es un hombre que está a la derecha de todo pensamiento».
El literato devenido en «acusador» de los gobiernos progresistas latinoamericanos, en una entrevista publicada por el diario Estado de Sao Paulo aseguró que «todos los problemas actuales del país fueron causados por el peronismo».
Respecto a Chile dijo que el estallido social en ese país le sorprendió, porque consideraba que se trata de un modelo de «éxito» en el contexto latinoamericano. Y criticó, de igual forma, a los millones de chilenos que protestan y los llamó «revoltosos».
Por último, algo que no podía faltar en un hombre como Mario Vargas Llosa: «Al menos no tenemos, en la América Latina actual, dictaduras militares, tenemos dictaduras ideológicas, presentes en Cuba, Venezuela y Nicaragua».
Exhibiendo sus dotes de fantoche aparece una vez más Vargas Llosa como protagonista principal en su propio «baile de máscaras».