Así lo informó el miércoles el portal The Grayzone tras haber tenido acceso a varios documentos filtrados de la organización que demuestran que los altos responsables de la OPAQ fueron implicados en un patrón de engaño en cuanto al papel de dos de sus inspectores que investigaron el incidente en la ciudad siria: el ingeniero sudafricano en química y balística Ian Henderson y otro conocido como ‘Inspector B’.
En cuanto a Henderson, según señala el medio, la OPAQ minimizó su rol en las investigaciones y su puesto dentro de la organización al decir que él “no era miembro” del equipo de investigación del incidente.
Esta versión, fue rechazada luego por los documentos de la Misión de Investigación de los Hechos en Duma de la OPAQ (FFM, por sus siglas inglés) que afirman que la misma OPAQ lo designó para realizar las inspecciones más importantes en Duma en dos lugares donde se encontraron los cilindros de gas, el hospital donde fue filmado un vídeo de presuntas víctimas de ataques de gas, y una cuarta ubicación suprimida.
Otro documento de la OPAQ filtrado también revela que el nombre y apellido de Henderson existía en una página del ‘Personal de Misión’ en un memorando sensible de planificación de seguridad.
El ataque químico en Duma
Después de que el Ejército sirio arrebatara a los grupos extremistas, como el Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham), el dominio de la ciudad de Duma, los cascos blancos denunciaron más de 40 muertes a causa de un ataque químico con “gas tóxico”.
En abril de 2018, los llamados cascos blancos entregaron a la OPAQ dos cilindros que contenían gas cloro, acusando al Gobierno sirio de haberlos lanzado contra los residentes de Duma.
El Occidente responsabilizó del incidente al Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad. La madrugada del 14 de abril, EE.UU., el Reino Unido y Francia realizaron un ataque múltiple con misiles de crucero contra el territorio de Siria, que no fue aprobado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
En su informe final sobre el ataque del 7 de abril en Duma, publicado en marzo de 2019, la OPAQ descartó el uso de gas sarín, pero sí señaló que hubo un ataque con gas tóxico, y sugirió que los cilindros fueron lanzados desde el aire.
La OPAQ citó a “expertos” externos, sin especificar sus nombres ni las entidades con las que estaban vinculados, y tampoco incluyó datos de otro informe, que fue fruto de una investigación llevada a cabo por ingenieros de la propia OPAQ y que suscita más preguntas sobre las conclusiones oficiales.
Un documentado filtrado en mayo por el Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y Medios, integrado por investigadores y académicos, reveló que el reporte de los expertos de la OPAQ no deja lugar a dudas respecto a que “no se emplearon armas químicas en el ataque de abril de 2018 en Duma”.