«Un testimonio vivo de nuestra democracia socialista en acción es la amplia, organizada y efectiva participación de las masas trabajadoras en el gobierno del país en las más diversas formas, su importante derecho a decir su palabra en la solución de los problemas sociales y del Estado, el ejercicio de su control sobre todos y sobre todas las cosas. Nuestro Partido considera esta participación que está creciendo de forma más amplia y profunda, como la dirección del desarrollo de la democracia socialista, como una gran fuerza motriz para llevar adelante la construcción socialista, y, al mismo tiempo, como uno de los factores más importantes de la defensa de nuestro Estado y de nuestra sociedad de la amenaza de la degeneración burguesa-revisionista. Y una de las más profundas expresiones de esta participación efectiva de las masas en el gobierno del país es el control directo de la clase obrera y las masas trabajadoras, bajo la dirección del Partido, sobre todas las actividades sociales y estatales. El camarada Enver Hoxha ha demostrado con hechos indiscutibles que este control constituye un principio general y contante de nuestra sociedad socialista en cada una de las esferas y direcciones, una expresión del ejercicio de la dictadura del proletariado por la clase obrera en alianza con el campesinado, una de las más importantes direcciones de la lucha de clases por asegurar la victoria del socialismo, previniendo la degeneración del orden socialista, una gran escuela para la educación revolucionaria de la clase obrera y las masas trabajadoras.
En los escritos del camarada Enver Hoxha se dedica una atención especial a los problemas de la lucha contra el burocratismo y el liberalismo, los dos enemigos peligrosos de la dictadura del proletariado y el socialismo.
La experiencia histórica demuestra que las raíces profundas del proceso contrarrevolucionario y regresivo revisionista en la Unión Soviética y otros países ex socialistas se encuentran:
«En la burocratización gradual del aparato estatal socialista, su aislamiento de las masas populares, la creación de una capa privilegiada de burócratas, la introducción de métodos de expropiación, de desconfianza en las masas y de incumplimiento de basarse en ellas…, la disminución y debilitamiento de la democracia para las amplias masas trabajadoras». (Enver Hoxha; Sobre la dictadura del proletariado [Recopilación de obras], 1970)
Porque:
«Justamente, la ampliación de la burocracia creó el terreno propicio para la usurpación del poder por la camarilla revisionista jruschovista». (Enver Hoxha; Sobre la dictadura del proletariado [Recopilación de obras], 1970)
Por eso nuestro Partido considera y sigue considerando a la lucha contra el burocratismo como uno de las más importantes direcciones de la lucha de clases. El camarada Enver Hoxha llama la atención sobre el hecho de que la lucha contra el burocratismo no debe reducirse a medidas puramente organizacionales o técnico-administrativas, sino que debe entenderse profundamente que, en esencia, es una lucha por llevar el poder del Estado y su aparato cada vez más cerca de las amplias masas trabajadoras, como una lucha por salvaguardar y fortalecer la dictadura del proletariado, para llevar la revolución socialista hacia el fin, por cerrar todos los caminos a la restauración del capitalismo en nuestro país. Un factor decisivo para el éxito de la lucha por la erradicación del burocratismo es la participación activa de las amplias masas trabajadoras en esa lucha.
«El burocratismo levanta su cabeza y se hace activo ahí donde la lucha contra él es subestimada. Se achica y mantiene un perfil bajo cuando la voz de las masas se escucha con fuerza, cuando ejerce su control con rigurosidad, cuando el puño de la clase obrera y el Partido le golpea sin piedad». (Enver Hoxha; Sobre la dictadura del proletariado [Recopilación de obras], 1970)
En el contexto de la lucha contra el burocratismo, por la defensa y fortalecimiento de la dictadura del proletariado, un lugar importante en los escritos del camarada Enver Hoxha, seleccionados en este volumen, lo ocupan los problemas del temple revolucionario de los cuadros y la relación entre los cuadros y las masas con el propósito de evitar la degeneración burguesa-revisionista de los cuadros y su transformación de servidores del pueblo en gobernantes situados por encima de las masas del pueblo trabajador. Asimismo, el camarada Enver Hoxha advierte –y señala las formas de lucha– contra el peligro de la burocratización de nuestro Estado socialista, especialmente el peligro de concepciones ajenas que equiparan la dictadura del proletariado con los aparatos administrativos, la tendencia de estos últimos a absolutizar su rol, a ponerse por encima de los órganos estatales, especialmente por encima de los órganos elegidos, suprimiendo a estos últimos y a las masas trabajadoras de la participación efectiva en el gobierno del país, incrementando el personal y monopolizando todo el trabajo.
Junto a la lucha contra el burocratismo, el camarada Enver Hoxha llama firmemente la atención del Partido, de la clase obrera y las masas trabajadoras sobre la necesidad de luchar indesmayablemente también contra el liberalismo, que es una expresión del oportunismo ideológico y político, de la renuncia a la lucha de clase consecuente contra los enemigos y la aceptación de la coexistencia pacífica con la ideología hostil. La difusión del liberalismo fue precisamente una de las principales tácticas utilizadas por el imperialismo y los revisionistas para lograr la degeneración de la dictadura del proletariado y del orden socialista en la Unión Soviética y otros países. De especial importancia es la erradicación de los puntos de vista liberal y anarquista de la democracia y la libertad, de los derechos y deberes del pueblo trabajador en la sociedad socialista.
«Alguna gente piensa que, al vivir en democracia, ellos sólo tienen derechos y ningún deber en absoluto, que sólo el Estado y la sociedad tienen obligaciones hacia ellos, mientras que nunca dejan de reclamar sus derechos, se consideran libres de comportarse y actuar como les da la gana, de violar la disciplina en el trabajo y la sociedad, las leyes del Estado y las normas de la sociedad sin importarles nada. Esos puntos de vista dañinos deben ser combatidos con resolución, porque son ajenos a los principios del socialismo». (Enver Hoxha; Sobre la dictadura del proletariado [Recopilación de obras], 1970)
Esos son sólo algunos de los problemas principales de vital importancia que son abordados en el volumen de escritos seleccionados del camarada Enver Hoxha bajo el título «Sobre la dictadura del proletariado». (Agim Popa; Enver Hoxha sobre la dictadura del proletariado, 1978)
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Que el capitalismo actual, en su fase imperialista, ha entrado en bancarrota y que sólo le sostiene la guerra ideológica no es algo que, por evidente, vaya a ser nuevo. El capitalismo ya cumplió con su misión histórica que fue desarrollar al máximo los medios de producción. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes y esto se convierte en una traba para el progreso social, no quedando otra alternativa que la muerte de un sistema caduco e inhumano, para que nazca otro que armonice las relaciones de producción con las fuerzas productivas. El capital está intentando por todos los medios no perder la batalla de esa desarmonización en un intento de perpetuarse, pero, la realidad, una vez más, le viene a desmentir.
Muchos creen que la Segunda Guerra Mundial se desenvolvió en Europa y, por lo tanto, que las grandes masacres fascistas son la seña de identidad del Viejo Continente. No fue así. China pagó un gigantesco tributo, sometida al yugo japonés que, además, de colonial, era fascista y militarista.
Lejanos parecen los años en los que las trabajadoras y trabajadores organizados en una central sindical fuerte, como lo fuesen en su día las Comisiones Obreras, hacían frente a los abusos patronales y políticas antiobreras del Gobierno para intentar evitar, de alguna manera, la pérdida de derechos laborales y sociales que se avecinaban, punto álgido en los años 70-80. La progresiva putrefacción de las direcciones de las grandes centrales sindicales, que, ofreciendo una apariencia de lucha, por detrás compadreaban con la dirección patronal, se plasma en la realidad como el bombero que apaga la llamarada intensa de un fuego a veces descontrolado. El abandono progresivo de las decisorias y participativas asambleas de trabajadores por un sindicalismo delegado y gestionado, en el cual el papel del comité de empresa se reduce a un mero instrumento de institucionalidad, aleja todavía más a las plantillas de los centros de trabajo de una conciencia de clase propia cada vez más contaminada por la ideología dominante.
Aunque la propaganda israelí afirma en los medios de prensa occidentales que el Estado hebreo salió indemne de la respuesta militar de Irán al bombardeo israelí contra la embajada iraní en Damasco, la verdad sale a la luz. Irán no trató de atacar a los civiles israelíes sino sólo quiso poner a prueba las defensas de Israel. Irán utilizó por primera vez sus misiles hipersónicos… y las fuerzas armadas israelíes no pudieron interceptarlos. Tampoco pudieron hacerlo los aliados de Israel.
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