“Daesh está utilizando rifles de francotirador modernos con grandes dimensiones para atacar a las fuerzas de seguridad de varias direcciones, las cuales deberían realizar una investigación exhaustiva para explicar cómo estas armas llegaron a manos de terroristas”, indicó el jueves el jefe de la Unión de Académicos Musulmanes de la provincia oriental de Diyala, Yabar Al-Mamuri.
En una entrevista con la agencia local de noticias Al-Maluma, recalcó que este caso “no descarta la participación de Estados Unidos en la financiación de células durmientes de Daesh para crear caos” e inseguridad, especialmente en las zonas liberadas para llevar a cabo sus planes.
Al-Mamuri denunció que un gran número de los miembros de las fuerzas de seguridad, de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) y civiles han sido víctimas de operaciones de francotiradores de Daesh en Diyala en los últimos meses.
Es “una señal peligrosa a la que debemos prestar atención, especialmente porque el derramamiento de sangre no se ha detenido en la actualidad debido a las repetidas operaciones de francotiradores que se concentran en áreas específicas”, agregó.
Al-Mamuri señaló que el caso de francotiradores no se limita solo a Diyala, sino a otras provincias, y se ha convertido en una estrategia adoptada por el grupo terrorista Daesh.
En diciembre de 2017, el Gobierno iraquí dio por finalizada la lucha contra esta agrupación terrorista, tras recuperar el control de todos los territorios que esta banda había ocupado a mediados de 2014.
No obstante, Daesh cuenta con núcleos inactivos en las regiones del norte, el este y el sur de Irak y, en fechas recientes, ha iniciado unas actividades sin precedentes, especialmente en las provincias de Kirkuk (norte), Salah al-Din (centro), Diyala (este) y Al-Anbar.
A medida que aumenta la amenaza terrorista, el Ejército de Irak, junto a las fuerzas de Al-Hashad Al-Shabi, ha lanzado duras ofensivas contra las células durmientes de Daesh y ha despejado varias zonas de la presencia de los extremistas.
Irak apunta el dedo acusador a EE.UU. por el incremento de la actividad de Daesh. De hecho, denuncia que Washington ayuda a estos terroristas a perpetrar ataques en Irak, con el objetivo de desestabilizar el país árabe y justificar la presencia militar “ilegal” de las tropas estadounidenses en el territorio iraquí.
