Los servicios de inteligencia de países occidentales, que reclaman estar luchando contra Daesh, y sus aliados en Asia Occidental realizaron reuniones y acuerdos con los líderes de esta organización terrorista y otras bandas takfiríes para efectuar ataques terroristas en Siria, anunció el viernes la agencia rusa de noticias Sputnik citando una fuente anónima.
“Conforme a la información confiable disponible, se han celebrado una serie de reuniones entre […] EE.UU., Francia, el Reino Unido y varios países de la región desde principios de este año en la región de Al-Tanf —ocupada por EE.UU. en el sureste—, en el este de Siria y en los países vecinos de Siria, con la participación de líderes de Daesh […] sobre la intensificación de ataques contra las fuerzas sirias y sus aliados, así como contra las bases militares rusas en Siria”, afirmó.
También sostuvo que las casas de culto se han incluido en la lista de objetivos, siempre que esos países proporcionen apoyo financiero y tecnológico, municiones y sistemas de armas modernos a los grupos terroristas.
De hecho, agregó, los terroristas que están siendo transferidos desde Irak a Siria y liberados de prisiones y campos de detención en áreas bajo el control de la las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) —milicia kurda apoyada por Washington— reciben entrenamiento especial de EE.UU. para lanzar redadas en las partes centrales, sureñas y suroccidentales de Siria.
La noticia sale a la luz mientras el Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, ha advertido en distintas ocasiones de que las tropas norteamericanas y los milicianos respaldados por Washington no solo han complicado la crisis en la que sigue inmerso el país desde 2011, sino que, de hecho, han obstaculizado toda solución a la misma al reforzar la dinámica de guerra mediante terceros.
En este mismo contexto, los reportes muestran que EE.UU. tiene un nuevo plan para renovar la estructura de Daesh y justificar así su presencia en Siria, so pretexto de combatir a la banda takfirí, pero, en realidad, con el fin de saquear las riquezas del país árabe.