“Todos hemos visto que EE.UU. es la matriz” y el “imperio de escuchas” clandestinas más grande del mundo, señaló el miércoles el portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, en una conferencia de prensa.
En este sentido, el diplomático chino aseguró que Pekín se opone firmemente a cualquier organización o país que utilice cuestiones de seguridad cibernética para “verter agua sucia” sobre China o para lograr sus objetivos políticos.
Al mismo tiempo, hizo hincapié en que el país asiático contribuye al aumento de la transparencia de las operaciones en el ciberespacio. Por ejemplo, en septiembre de 2020, lanzó la Iniciativa Global de Seguridad de Datos, destinada a elaborar reglas comunes de utilización de información digital. Además, en marzo pasado, China y varios países árabes crearon un programa especial de cooperación en el ciberespacio.
“China está dispuesta a fortalecer la comunicación con otros países y mantener conjuntamente la seguridad de la red y de los datos globales a través del diálogo y la cooperación”, subrayó.
Las declaraciones de Wang se produjeron en alusión a los informes elaborados por la compañía estadounidense Fire Eye sobre la intensificación del ciberespionaje por parte de China.
Conforme a FireEye, durante meses, piratas informáticos con presuntos vínculos con China han explotado una herramienta popular en el lugar de trabajo para irrumpir en agencias gubernamentales, empresas de defensa e instituciones financieras en EE.UU. y Europa, una cuestión que Pekín rechaza tajantemente.
La escalada de tensiones ha ido in crescendo entre EE.UU. y China a medida que la Casa Blanca ha ido cuestionando temas que incluyen el comercio, la ciberseguridad y la tecnología.
China acusa a EE.UU. de usar sus poderes financieros, militares y cibernéticos para presionar a otros países, y dice que las políticas abusivas de seguridad nacional de Washington amenazan el futuro del comercio mundial.
