Durante una conferencia de prensa celebrada el miércoles, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, alertó que EE.UU. mantiene conversaciones con los países vecinos de Afganistán sobre la creación de centros logísticos en la región, según recoge la agencia estatal rusa de noticias TASS.
“Washington busca la creación de centros de recepción de refugiados afganos, es decir, de las personas con las que EE.UU. llevaba años colaborando allí”, explicó.
El titular ruso de Defensa subrayó que estas medidas de EE.UU. muestran que la retirada de las tropas estadounidenses no es un acto firme, enfatizando que este es un intento de “echar raíces” en la región de Asia Central.
Según Shoigu, es difícil encontrar un lugar en el planeta “donde Estados Unidos vino y se quedó por mucho tiempo con buenas consecuencias”. A este respeto, el funcionario ruso señaló a la invasión del país norteamericano en Siria y Libia, explicando que nada ha desarrollado en estos dos Estados durante la invasión de EE.UU.
Asimismo, puso énfasis en que Estados Unidos está saqueando el petróleo y la riqueza de Siria, agregando que tales medidas estadounidenses no tienen ningún beneficio para ellos, sino que han tenido malos efectos en el país árabe.
En 2001, bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por EE.UU., puso en marcha la invasión de Afganistán.
Tanto la OTAN como EE.UU. han reconocido el fracaso de su intervención militar en el país asiático. Después de dos décadas de conflicto, la muerte de decenas de miles de civiles, destrucción y mayores niveles de violencia y narcotráfico, han sido los legados de la invasión de Washington y sus aliados para los afganos.
La salida de las tropas estadounidenses se produce en momentos en los que el grupo armado Talibán está controlando cada vez más territorio afgano y algunos expertos barajan la posibilidad de que los talibanes puedan regresar al poder, con la ayuda encubierta de EE.UU., para desestabilizar la zona.
