El 28 de julio el Tribunal Constitucional estimó la demanda del Partido Comunista de Alemania contra la inadmisión de su candidatura a las elecciones al Bundestag y la privación de su estatus de partido político.
En plena pandemia, la medida era un ensayo y una verdadera provocación, dado que dicho Partido es residual desde el punto de vista electoral y apenas tiene otra actividad política diferente.
En todo el mundo, la ley marcial y las restricciones sanitarias siempre han sido el caldo de cultivo ideal para la represión política porque mantiene distraída la atención de los movimientos populares.
No es ninguna casualidad que, lo mismo que Alemania, también en España el gobierno haya intentado algo parecido con Izquierda Castellana, y cuando las barbas de tu vecino veas pelar…
Sin embargo, en este tipo de medidas políticas represivas, en Alemania llueve sobre mojado y las medidas contra los comunistas presagian un futuro nada esperanzador para los derechos y las libertades fundamentales.
Patrik Köbele, su presidente, ha declarado: “El Tribunal Constitucional Federal ha rechazado hoy el intento de poner en peligro la existencia del Partido Comunista de Alemania (DKP) por medios burocráticos y de prohibirle presentarse a las elecciones al Bundestag”.
La sentencia es un revés para la Comisión Electoral, dice Köbele, ya que confirma que el DKP es un partido político activo, con especial referencia al mitin del DKP en el 80 aniversario del ataque nazi contra la Unión Soviética.
En un comunicado público el dirigente del DKP atribuye la decisión a “nuestra lucha jurídica y política”, así como a “la gran solidaridad nacional e internacional de la que hemos gozado”.
La solidaridad internacional superó las expectativas del Partido. “Más de 50 partidos comunistas y obreros, el Consejo Mundial de la Paz, la Federación Mundial de la Juventud Democrática y muchas organizaciones progresistas mostraron su solidaridad con nosotros. Fue una gran demostración de internacionalismo. En todas partes se hizo público este intento de las fuerzas reaccionarias contra nosotros. Los miembros de los partidos hermanos utilizaron el Parlamento Europeo para apoyar al DKP. Estamos orgullosos de formar parte de esta comunidad internacionalista. Se lo agradecemos de todo corazón. Este ejemplo muestra lo importante que es la solidaridad y lo que puede conseguir”.
La solidaridad ha sido un acicate para que el DKP acuda a la próxima campaña electoral con más energía, si cabe, añade Köbele, para luchar por nuestras reivindicaciones políticas y para fortalecer el DKP, ahora más que nunca.
La victoria del DKP es un pequeño triunfo en la lucha contra el desmantelamiento de los derechos democráticos y contra la reestructuración reaccionaria de los aparatos del Estado, dice el comunicado.