Las provocaciones llevadas a cabo por militantes extranjeros en el territorio de Siria, incluidos los ataques contra el ejército ruso, obligaron a Rusia a reaccionar con extrema dureza ante tales acciones de los grupos armados ilegales. Después del descubrimiento de una gran base de terroristas ubicada cerca de la frontera turca, esta última, bajo poderosos ataques de aviones militares rusos, fue completamente destruida. Esta base albergaba a numerosos militantes de Hayat Tahrir al Sham.
Como descubrió la agencia de noticias Avia.pro, los aviones militares rusos destruyeron por completo la 111ª base denominada Sheij Suleiman, que inicialmente estaba bajo el control de militantes extranjeros, tanto turcos como occidentales, privando así a los terroristas de uno de sus sitios más importantes. Como resultado de una serie de poderosos ataques, decenas de militantes, un depósito de armas, equipos militares y el liderazgo del grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham en la zona fueron eliminados.
A juzgar por las imágenes del ataque, la operación de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas se planeó cuidadosamente. Al mismo tiempo, la eliminación de la base y las formaciones armadas ilegales ubicadas en ella cambió significativamente el equilibrio de fuerzas en esta región, privando a Turquía y otros patrocinadores del terrorismo de la oportunidad de tomar cualquier medida contra el Ejército sirio en dicha zona.
