El Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT) y la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV) hacen llegar a las trabajadoras y trabajadores de Venezuela y el mundo un abrazo fraterno y solidario, deseándoles éxitos en sus luchas.
Durante el año que recién termina continuó la crisis del capitalismo mundial, agudizada por la pandemia y las medidas adoptadas por la burguesía y sus gobiernos para sacar provecho de la terrible situación; preservando e incrementando sus ganancias a costa de la sobre-explotación y la destrucción de derechos individuales y colectivos; atentando también peligrosamente contra el medio ambiente a escala global. En consecuencia, el año viejo nos deja mayores niveles de injusticias y desigualdades. Mientras las élites del capital acumulan y concentran inusitadas riquezas, la mayor parte de la población mundial padece carencias y necesidades básicas no satisfechas. Las características de la actual crisis pone en evidencia la condición inhumana del sistema capitalista mundial en su fase imperialista, dominado por poderosos monopolios transnacionales que hacen jugosos negocios con vacunas y medicinas, condenando a la desatención y a la muerte a millones de personas en el planeta.
En Venezuela se replica de manera particular la crisis del capitalismo, en condición de dependencia y atraso en las fuerzas productivas. Crisis que se agudiza y recae con todo su peso sobre los hombros maltrechos del pueblo trabajador, como resultado de las ilegales sanciones imperialistas y de las políticas neoliberales, antiobreras y antipopulares que aplica el actual gobierno en un escenario de prolongada hiperinflación dolarizada.
Como lo dijimos en el Manifiesto Unitario con motivo del 1° de Mayo de 2021, es innegable la responsabilidad del Gobierno en la gravedad de la crisis, al pagar 109 mil millones de dólares en capital e intereses de la deuda externa durante el período 2013-2017, justo cuando caían estrepitosamente los ingresos petroleros, pero también al aplicar distintas formas de subvención al capital privado, especialmente a la burguesía importadora y especulativa, propiciando la corrupción y el despilfarro de la renta petrolera y de los ingresos por endeudamiento externo.
De manera sistemática han sido debilitadas, quebradas o desmanteladas distintas empresas del Estado y se avanza en la privatización acelerada de tales entidades de trabajo, sobre todo luego de la aprobación de la mal llamada “Ley Antibloqueo” y la instauración de las Zonas Económicas Especiales. A los capitalistas les ofrecen como ventajas: cero impuestos, cero convenciones colectivas y los salarios más precarios del mundo.
Lo anterior es viable con una política laboral criminal expresada en la destrucción del valor de la fuerza de trabajo (prácticamente eliminados los salarios, pensiones e indemnizaciones por prestaciones sociales, utilidades y aguinaldos, al reducirse a montos ridículos). El salario ha sido sustituido casi en su totalidad por bonos sin incidencias salariales; las convenciones colectivas desmontadas en aplicación de los lineamientos del ex-ministro Piñate (memorando-circular 2792) e instructivos del Ministerio de Planificación para imponer tablas salariales unilaterales y pírricas.
En el sector público, las conquistas contractuales han desaparecido mediante actas convenios o supuestas convenciones colectivas fraudulentas; se permite y/o promueven despidos directos e indirectos, abiertos y simulados con la aplicación fraudulenta del artículo 148 de la LOTTT; se abandonó la protección a la salud y seguridad en el trabajo.
En muchas empresas se discrimina a las y los trabajadores que, durante la pandemia, por decisión unilateral de las gerencias, “no son requeridos” en sus puestos de trabajo, siendo desmejorados en sus ingresos, lo que es utilizado como mecanismo de chantaje para imponer total subordinación y obediencia a la patronal.
Se impone una violenta “paz laboral” con la imposibilidad de ejercer el derecho a huelga; con la criminalización de la protesta obrera y con retardos procesales que llevan a la rendición a las y los trabajadores con procedimientos de reenganches o reclamos por desmejoras. El Ministerio del Trabajo y otras instancias del Estado complacen abiertamente a la patronal y violentan la libertad sindical, reconociendo casi únicamente a las organizaciones sindicales desclasadas y patronales, tanto las controladas por el Gobierno como las dirigidas por partidos de la derecha opositora.
Adicionalmente, la clase trabajadora sufre el colapso de la salud pública y el desmontaje de los servicios de HCM establecidos en diversas convenciones colectivas, lo que genera mayor deterioro en la calidad de vida y recurrentes muertes evitables.
Tales políticas en beneficio de la acumulación y concentración del capital, de las mafias y los nuevos ricos de la burguesía parasitaria (mal llamados «burguesía revolucionaria»), son impuestas cada vez con mayores niveles de autoritarismo y prácticas antidemocráticas, sacrificando a la clase obrera y al pueblo trabajador de la ciudad y el campo. Todo ello se cumple con relativa facilidad ante la dispersión y desorganización de las fuerzas de la clase trabajadora; la capacidad de control social/clientelar sobre trabajadores y masas populares por parte del Gobierno (sobre todo manipulando con los CLAPS); el poder del Estado sobre la existencia y funcionamiento de los sindicatos (a través del RNOS y el CNE, obstruyendo o condicionando la realización de elecciones sindicales); la censura y el veto mediático contra fuerzas revolucionarias y en general contra el pueblo trabajador; las violaciones a los derechos políticos de los que levantan banderas alternativas frente al nuevo pacto de gobernabilidad en favor del capital, entre el Gobierno y la oposición pro-imperialista, tal y como sucedió en las recientes elecciones regionales.
En ese contexto, se nos plantean desafíos inéditos a la clase obrera y en general al pueblo trabajador. Este debe ser el año del combate unitario y masivo por el rescate del salario, las pensiones y las prestaciones sociales. El FNLCT y la CUTV, conjuntamente con fuerzas agrupadas en la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), estamos impulsando, por iniciativa popular legislativa (numeral 7 del artículo 204 de la Constitución), con 60 mil firmas del pueblo trabajador, los proyectos de Ley de Escala Móvil de Salarios y Pensiones Indexados a la Canasta Básica Familiar (planteando además la salarización de los bonos) y la Ley de Rescate y Revalorización de las Prestaciones Sociales, que serán consignados a la Asamblea Nacional a mediados de marzo en una movilización obrera y popular. Por lo que reiteramos el llamado a las y los trabajadores activos y jubilados y a sus familias, a apoyar con firmas, debates y movilizaciones tales propuestas.
La lucha masiva por el rescate del salario, como columna vertebral de las relaciones de trabajo con derechos, plantea la necesidad de derrotar la actual política económica del Gobierno concebida únicamente para favorecer la máxima ganancia de los capitalistas a costa del sacrificio de la clase trabajadora y de la soberanía nacional y servirá de reimpulso a la lucha por el rescate también del derecho a las convenciones colectivas, a la huelga y a la libertad sindical, vulnerados por el Estado venezolano y, en general, por los patronos.
También este año debemos profundizar y ampliar la lucha por conquistar libertad plena para las y los trabajadores injustamente privados de libertad, particularmente en los casos emblemáticos que asumimos conjuntamente con el Comité de Familiares, Amigos y Amigas de las y los Trabajadorxs Presxs, entre ellos: Eudis Girot (sindicalista petrolero), Guillermo González (controlador aéreo), Rodney Alvarez (obrero de Ferrominera del Orinoco), Rafael Nelo y Pedro Montilla (de ATC Portuguesa), Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba (PDVSA), Neptali Duno (PDVSA), Dario Salcedo (sindicalista de INSOPESCA), Marcos Sabariego y Gil Mujica (PDVSA, Refinería El Palito), así como los cuatro héroes de Alimex: Roger González, Luis Rivas, Eugenio Montes, Miguel Álvarez.
Esa lucha la asumimos con el propósito de derrotar la indignante criminalización y judicialización de la lucha y la denuncia obrera, campesina y popular. De igual modo, insistiremos en exigir que no quede impune el asesinato del dirigente campesino comunista Luis Fajardo, así como de los centenares de líderes campesinos ejecutados por órdenes de terratenientes y los innumerables casos de víctimas mortales a manos de sicarios y de fuerzas policiales actuando de forma desproporcionada y criminal.
La situación que sufre la clase obrera y el pueblo trabajador no será superada mediante la conciliación con las élites causantes de la crisis y su agudización, en tal sentido, llamamos a las direcciones sindicales que asumen la defensa de sus representados a no cultivar vanas ilusiones ni sembrar falsas esperanzas entre las y los trabajadores en torno al «diálogo social» promovido por el Gobierno y las reuniones bipartitas y tripartitas organizadas por el Ministerio del Trabajo, con direcciones de centrales sindicales que no confrontan las políticas del Gobierno y con cúpulas empresariales, en aplicación de los acuerdos entre las élites que expresan los intereses de las diversas fracciones burguesas; convocatorias a las que, obviamente, excluyen a la única central sindical clasista -la CUTV- y que tienen la finalidad de darle «legitimidad» social y sindical al ajuste neoliberal en desarrollo, con el que imponen, entre otras perversiones, una brutal desregulación laboral en favor del capital y las mafias corporativas.
Compañeras y compañeros, camaradas, amigos y amigas, el único camino es la lucha unitaria y solidaria; construyendo y fortaleciendo organizaciones obreras y populares con absoluta independencia frente al capital, el Estado y los partidos burgueses y pequeñoburgueses -sean del Gobierno o de la oposición-; acumulando fuerzas con un programa de lucha que se plantee la conquista del poder para la clase obrera y el pueblo trabajador de la ciudad y el campo. Solo así conquistaremos el triunfo de una verdadera Revolución de liberación nacional y social.
¡Luchemos juntos por el rescate del salario, las pensiones y las prestaciones sociales!
¡Agrupemos fuerzas obreras, campesinas, comuneras y populares para derrotar las políticas neoliberales y las agresiones imperialistas!
¡Unidos venceremos!
Comité Ejecutivo de la CUTV
Coordinación General del FNLCT
Caracas, 5 de Enero del 2022