El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU prevé que la actividad mundial crecerá un 4 % en 2022 y un 3,5 % en 2023.
Entre los factores influyentes causantes de este descenso se encuentran: las nuevas oleadas de infecciones por la COVID-19, los retos del «mercado laboral», los desafíos relacionados con las cadenas de suministros y las crecientes presiones inflacionistas, refleja el informe Perspectivas de la economía mundial, de la ONU.
El análisis indica que a pesar de la mejoría de los registros económicos durante el año pasado, el crecimiento se desaceleró a finales de 2021.
Insta a «tomar medidas políticas y financieras mejor orientadas y coordinadas a nivel nacional e internacional», tal como apuntó el secretario general de la ONU, António Guterres.
En América Latina y el Caribe, el crecimiento del PIB se prevé en un 2,2 % en 2022, un registro lejano al 6,5 % alcanzado en 2021.
La rápida recuperación se vio favorecida por los importantes avances en materia de vacunación, que permitieron a los gobiernos reabrir sus economías.
En el mercado laboral, según estudios citados por la ONU, se prevé que por lo menos los dos próximos años los niveles de empleo se mantendrán muy por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
Por ello, se pronostica una recuperación lenta del empleo tanto en África como en América Latina y el Caribe y en Asia Occidental.
A su vez, se espera que el número de personas que viven en la pobreza extrema se agudice, y que la pobreza aumente en las economías más vulnerables.