Sin referencia alguna al exterminio de las poblaciones indígenas a raíz del colonialismo español, el monarca destacó el martes que la conquista “implicó la creación de instituciones de gobierno, la construcción de universidades, escuelas, hospitales e imprentas”.
“España trajo consigo su lengua, su cultura, su credo; y con todo ello aportó valores y principios como las bases del Derecho Internacional o la concepción de derechos humanos universales”, sostuvo.
Defendió el modelo de la conquista española de América, aduciendo que en ese modelo “los nuevos territorios se incorporaban a la Corona en situación de igualdad con los demás reinos”.
Concluyó diciendo que tanto puertorriqueños, como el resto de los latinoamericanos, deberían estar “orgullosos” por la herencia que dejó España durante la conquista.
¡Ni reyes, ni gringos invasores!
Sin embargo, el rey Felipe VI, quien visitó la isla caribeña para conmemorar el 500 aniversario de la fundación de San Juan, capital y principal ciudad de Puerto Rico, no fue tan bien recibido en la antigua colonia española.
Horas antes de su visita, un grupo denominado Fuerzas Libertarias de Borikén reivindicó el derribo de una estatua de Juan Ponce de León, conquistador y el primer gobernador de Puerto Rico impuesto por la Corona española. Las autoridades puertorriqueñas se apresuraron a poner de nuevo la figura en su pedestal junto a protección policial.
“Ante la supuesta visita del rey de España, Felipe VI, a Puerto Rico y la escalada de invasores gringos [estadounidenses] apoderándose de nuestras tierras queremos enviar un mensaje claro: ni reyes, ni gringos invasores; Borikén es nuestro”, denunció el grupo en un comunicado, utilizando el nombre taíno con el que se identificaba la isla de Puerto Rico.
La nota pone de relieve que Juan Ponce de León fue un elemento de la “tiranía de España” en Puerto Rico y “representa lo peor” y exige que “todas las estatuas de [Cristóbal] Colón, Juan Ponce De León y otros tiranos sean removidas”.
El descontento con la colonización española de América no se limita a la gente puertorriqueña. Muchos líderes latinoamericanos, entre ellos el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, ya han instado al monarca español que pida perdón por la conquista y la muerte de millones de nativos. Sin embargo, no ha habido respuesta.