El presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, denunció este viernes que Occidente utiliza las medidas restrictivas unilaterales contra su país como elemento de guerra híbrida, y recalcó que la principal misión de su Gobierno es proteger a la población del impacto de esa política de presión.
Durante una intervención ante el Parlamento y medios de prensa acreditados en Minsk (capital), el jefe de Estado explicó que esas restricciones son parte de una práctica política tradicional de Occidente.
Explicó que las naciones occidentales, y precisó que se trata de Estados Unidos y su aliada, la Unión Europea (UE), echan mano a este tipo de sanciones cuando se les agotan los recursos para vencer a sus competidores.
Dijo que “así luchan contra China, Rusia, Irán, Venezuela, Siria, y ahora Belarús. Hoy, medio mundo está afectado por sus sanciones”, resaltó.
Llamó a movilizar ideas y atisbar oportunidades de desarrollo para que el país prosiga su avance y la población no sienta las consecuencias de lo que calificó como “presión externa” y “auténtica guerra”.
Al referirse al peligro de un conflicto ante la militarización de Ucrania y la expansión al este de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), precisó que en una guerra no habrá ganadores, pues todos perderán.
Reiteró la vocación pacífica de Belarús y aseguró que la nación nunca creó problema alguno a sus vecinos y nunca lo creará. Al respecto, puntualizó que solo habría peligro de guerra si el país resultara agredido o lanzan un ataque contra su aliado, Rusia.
El mandatario señaló que el intercambio comercial y productivo con Moscú ha sido beneficioso para su nación, que ha articulado con la nación vecina una alianza de carácter estratégico.
Entre otras cuestiones relacionadas con el acontecer político y económico nacional, Lukashenko destacó que el país venció numerosas maniobras urdidas desde el extranjero para quebrar su consenso interno y fragmentarlo.