El cohete llamado Minotaur II+ usado por el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) explotó la noche del miércoles, solo once segundos después de su lanzamiento, en el marco de una prueba realizada en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, según recogió el jueves la Fuerza Espacial del país norteamericano.
Según los medios locales citando a las fuentes familiarizadas con el tema, un equipo ya ha sido asignado para investigar la causa de la explosión que provocó un incendio en la base.
El incidente no causó heridos, mientras que los escombros se concentraron en las inmediaciones de la plataforma de lanzamiento.
Vandenberg realiza rutinariamente pruebas en vivo de cuerpos de misiles desarmados, sin una ojiva nuclear adentro, para verificar cómo les está yendo a los misiles balísticos intercontinentales envejecidos y examinar nuevas tecnologías.
En este caso, el Centro de Armas Nucleares de la Fuerza Aérea dijo que el cohete transportaba un nuevo vehículo de reentrada llamado MIK21A, que será utilizado en el futuro misil balístico intercontinental LGM-35A Sentinel.
Otro fracaso similar para Ejército de EE.UU.
El 1 de junio, la prueba de un misil hipersónico estadounidense que se llevó a cabo en las instalaciones del polígono de misiles del Pacífico en Hawái, fracasó después de que se produjera una “anomalía”.
A las autoridades estadounidenses les preocupa quedarse atrás con respecto a los programas de armas chinos y rusos. De hecho, China probó con éxito el año pasado un misil hipersónico capaz de lanzar en pleno vuelo un proyectil. Rusia, a su vez, se convirtió en la primera nación en utilizar armas hipersónicas en la guerra cuando lanzó sus misiles Iskander y Kinzhal durante su operación militar en Ucrania.
