Los principales beneficiarios de la guerra son los contratistas de defensa estadounidenses y europeos, que están registrando los mayores pedidos en décadas, y las empresas energéticas estadounidenses, que han aumentado enormemente sus exportaciones de energía al mercado europeo a precios récord, obteniendo enormes beneficios.
A pesar del desastre económico que amenaza a Europa, Estados Unidos y la OTAN no hacen más que intensificar su compromiso con la guerra. El lunes la Casa Blanca pidió al Congreso que asigne 11.000 millones de dólares adicionales a la guerra en Ucrania, además de los más de 50.000 millones ya asignados hasta la fecha.
Biden está eliminando casi todas las restricciones que quedaban a la participación de Estados Unidos en la guerra. En un artículo titulado “Por qué Estados Unidos se está volviendo más descarado con su apoyo a Ucrania”, The Hill asegura de que “Biden está armando a Ucrania con armas que pueden causar graves daños a las fuerzas rusas y, a diferencia del comienzo de la guerra, los funcionarios estadounidenses no parecen preocupados por la reacción de Moscú”.
El artículo cita a William Taylor, antiguo embajador de Estados Unidos en Ucrania: “Con el tiempo, el gobierno [de Biden] ha reconocido que puede proporcionar a los ucranianos armas más grandes, más capaces, de mayor alcance y más pesadas, y los rusos no han respondido”.
“Los rusos van de farol y les gusta exagerar, pero no fueron provocados. Al principio el gobierno de Biden estaba preocupado -y todavía lo está en cierta medida-, pero el miedo a provocar a los rusos ha disminuido”.
Como no se ha provocado a Rusia, la respuesta de los estadounidenses es intensificar su participación en la guerra hasta conseguir el resultado necesario.
El mes pasado “funcionarios de defensa dijeron que Estados Unidos enviaría por primera vez a Ucrania drones de vigilancia ScanEagle, vehículos MaxxPro fuertemente blindados y sistemas de misiles guiados antitanque Tow, así como una variedad de nuevas municiones”.
Eso se suma a los misiles antirradiación de alta velocidad AGM-88, así como a un aumento masivo del número de Himars (Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad) de largo alcance.
“En el futuro numerosos informes indican que Estados Unidos planea enviar municiones de artillería Excalibur guiadas con precisión, armas que pueden viajar hasta 70 kilómetros y que ayudarían a los ucranianos a apuntar a posiciones y puestos de mando rusos de difícil acceso”, sostiene The Hill.
Un funcionario estadounidense dijo: “Creo que el instinto de la gente en los departamentos y agencias, en particular Estado y Defensa y la comunidad de inteligencia, creo que su instinto es ser más previsor y más agresivo… Tenemos mucho más espacio en nuestro lado, creo, para tomar medidas que ayuden a Ucrania sin tener un temor injustificado de cómo va a reaccionar Putin”.
Los medios de comunicación estadounidenses aplauden la ofensiva ucraniana, que la Casa Blanca utiliza como pretexto para ampliar la participación de Estados Unidos en la guerra. Hasta la fecha Estados Unidos ha suministrado cientos de drones y aviones, cientos de vehículos, decenas de miles de misiles y millones de cartuchos. Pero, como señala The Hill, esto es sólo un anticipo mientras Estados Unidos se prepara para una intervención “más agresiva” en la guerra.