La cita diplomática se sucede luego que el primer ministro del país oceánico Anthony Albanese, acusó a la nación persa de violar los derechos humanos al reprimir las protestas violentas ocurridas desde el pasado 16 de septiembre tras la muerte de la joven iraní Mahsa Amini.
“Parece que el primer ministro de Australia ha tomado un enfoque equivocado basado en información falsa, lo que no ayuda a las relaciones entre los dos países”, expresó este miércoles el portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, al anunciar la medida.
Australia, dijo, carece de la más mínima legitimidad moral para dar lecciones sobre derechos humanos, dado que su historial está plagado de desafíos a estos, desde la matanza de refugiados hasta el asesinato de 500 aborígenes en las cárceles del país y la prohibición de la investigación profesional en esos casos.
Kanani reiteró que la República Islámica está dispuesta a proporcionar al Gobierno australiano la narrativa correcta y lejos de la controversia mediática sobre los acontecimientos en curso en Irán, y subrayó «con el respeto mutuo, puede evitar cualquier daño a las relaciones diplomáticas».
Acusó al Gobierno australiano de aplicar un doble rasero en materia de los derechos humanos, mientras alberga a grupos terroristas antiraníes y células separatistas y guardar silencio ante el ataque terrorista a Shiraz (suroeste de Irán) ocurrido el pasado 26 de octubre.
Con esas declaraciones Camberra se suma a la lista de países occidentales que arremeten contra Irán y presionan para pedir medidas coercitivas contra este país árabe.
Desde que se iniciaron las protestas las autoridades iraníes denunciaron el papel directo de Estados Unidos, Israel y sus aliados, en los disturbios y alertaron que utilizan los disturbios para fomentar actos terroristas, como lo ocurrido recientemente en la ciudad de Shiraz, que dejó al menos 15 civiles muertos, entre ellos niños.