«En el año que concluye aumentamos en un 25% los suministros de alimentos a los países amigos. Está muy bien, vamos a continuar este trabajo», dijo al canal Rossiya 24. Abastecer el mercado interno con alimentos es una prioridad, recalcó, «antes que nada hay que alimentar al país, y el excedente se puede vender en el extranjero».
Los socios de Rusia en la Unión Europea, continuó, «renunciaron a los alimentos de forma voluntaria, debido a las sanciones introducidas», como los bancos, incluido Rosseljozbank, que participa en los tratos agrícolas, resultó desconectado del sistema de operaciones interbancarios, lo que hizo imposible todo tipo de operaciones.
«Por lo tanto, hoy día no podemos suministrar casi nada a la UE, ya sean fertilizantes minerales o alimentos», precisó.
Los países más pobres también buscan alimentos, agregó.
«Rusia es un proveedor que estabiliza el mercado mundial de alimentos. El bienestar de estos países en gran medida depende de nuestros granos, aceites y grasas», señaló.
A principios de diciembre Alemania, Bélgica, España, Francia, los Países Bajos y Portugal llamaron a la UE a revisar las sanciones contra Rusia, al afirmar que estas obstaculizan los suministros de alimentos y fertilizantes a los países pobres.