El antiguo presidente francés, François Hollande, se ha alineado con Poroshenko y Merkel para confirmar que los Acuerdos Minsk fueron una tomadura de pelo, sobre todo para la población del Donbas.
En una entrevista a Die Zeit, el 7 de diciembre Merkel afirmó que los Acuerdos habían sido “un intento de dar tiempo a Ucrania” para reforzarse militarmente de cara a un futuro enfrentamiento con Moscú.
Ahora Hollande dice lo mismo al Kyiv Independent: “Mientras Vladimir Putin avanzaba en el Donbas utilizando a los separatistas prorrusos […] le llevamos a aceptar el formato de Normandía y a venir a Minsk para negociar” (*).
Es un lenguaje repugnante. Hace ocho años ni había “prorrusos” ni tampoco “separatistas”, que son una creación del gobierno nazi ucraniano, con sus brutales agresiones a la población civil del Donbas.
Oficialmente los Acuerdos, firmados el 5 de septiembre de 2014, se celebraron con el objetivo declarado de restablecer la paz entre Kiev y las repúblicas del Donbas. Durante ocho años los bombardeos del gobierno ucraniano han dejado casi 15.000 muertos civiles.
A la pregunta de si las negociaciones de Minsk pretendían retrasar los avances rusos en Ucrania, Hollande responde afirmativamente: “Sí, Angela Merkel tiene razón en este punto. Los acuerdos de Minsk detuvieron la ofensiva rusa durante un tiempo. Lo importante era saber cómo aprovecharía Occidente este respiro para impedir nuevos intentos rusos”.
Por supuesto, en 2014 no hubo ningún “avance ruso”. Es otro invento cínico de Hollande.
La OTAN y Kiev aprovecharon bien el respiro de ocho años: “Desde 2014 Ucrania ha reforzado sus capacidades militares. De hecho, el ejército ucraniano es completamente diferente al de 2014. Está mejor formada y mejor equipada. El mérito de los acuerdos de Minsk es haber dado al ejército ucraniano esa oportunidad”.
Los Acuerdos también impidieron “la expansión de la zona controlada por los separatistas. En el invierno de 2015 los separatistas estaban a las puertas de Mariupol y acababan de ganar dos batallas decisivas, retomando el aeropuerto de Donetsk y la ciudad de Debaltsevo”, añade Hollande.
Curiosamente, Hollande considera necesaria una solución permanente para la paz en Ucrania y, en otro ejercicio de cinismo, afirma que «los acuerdos de Minsk pueden resucitarse para establecer un marco jurídico ya aceptado por todas las partes”.
Hollande también lamenta las divisiones en el seno de la Unión Europea y la ambigüedad alemana, que se “niega a cuestionar el gasoducto Nord Stream 2”. Se declara hoy partidario de imponer sanciones máximas a Rusia y recuerda que él mismo anuló la venta de buques Mistral a Rusia en 2014.
A comienzos de mes las declaraciones de Merkel provocaron la reacción de Putin dos días después. “La confianza es casi inexistente, pero después de tales declaraciones se plantea una cuestión de confianza: ¿cómo negociar, sobre qué, y si es posible negociar con alguien, cuáles son las garantías?”, se preguntó con plena razón el dirigente ruso.
“Aún esperaba que las demás partes implicadas en este proceso fueran sinceras con nosotros. Resulta que también nos engañaban a nosotros. Sólo se trataba de reforzar a Ucrania con armas, preparándola para las hostilidades”, añadió Putin. A la vista de la experiencia, Moscú “tal vez debería haber lanzado antes su operación militar en Ucrania”.
(*) https://kyivindependent.com/national/hollande-there-will-only-be-a-way-out-of-the-conflict-when-russia-fails-on-the-ground