La mayoría de los animales de la fauna local eran peces, anfibios e invertebrados y fueron encontrados en las vías fluviales dentro de un área de 7,5 millas, informó Mary Mertz, directora de la entidad.
Se cree que murieron «inmediatamente después del descarrilamiento», y hasta el momento no existen indicios de que alguno sea una especie amenazada o en peligro de extinción, dijo Mertz.
No obstante, queda por ver cuánto tiempo le llevará al medio ambiente recuperarse por completo de las consecuencias del derrame, especificó.
Asimismo, explicó que los especialistas aún no están seguros de los impactos a largo plazo y en cómo la gran pérdida de pececillos afectará la cadena alimentaria a la que pertenecen.
El tren, operado la compañía ferroviaria Norfolk Southern, se descarriló el pasado 3 de febrero, cerca de East Palestine, pequeña localidad cercana a la frontera entre Ohio y Pensilvania.
De los 150 vagones que trasladaba, unos 50 se salieron de las vías y algunos de ellos contenían cloruro de vinilo, un gas altamente inflamable considerado un potente cancerígeno.
Más de dos mil residentes del área fueron evacuados tras la orden de liberación de las sustancias químicas, sin embargo en los últimos días varios pobladores notificaron síntomas como náuseas, dolores de garganta, ardor en los ojos y dificultades respiratorias.
A esto lo llaman progreso. ¿Hasta cuándo?