La llamada izquierda institucional y reformista del estado español es ni-ni. Su accionar rememora aquellas consignas de «ni yanquis ni rusos», que en la transición quisieron hacerse un hueco de la mano del anticomunismo más zafio pero disfrazado. Condenar a Rusia por su intervención y pedir el No a la Guerra, es su forma de entender el asunto para, y ahí está el quid de la cuestión, no perder votos. Recordemos que para los que postulan el cambiar las cosas desde dentro de las instituciones burguesas, el tema votos es su razón de ser. Por eso no se condena (ni siquiera se menta) el nazismo que habita el gobierno y el ejército ucraniano, no se boicotea a Zelenski y su tropa porque el buenismo, así lo creen, reditúa electoralmente.
Lo que está ocurriendo en varios lugares de Europa (en las últimas horas en Francia y en la propia base yanqui de Ramstein en Alemania), donde son colectivos y organizaciones sociales quienes están convocando a denunciar el papel de la OTAN, la U.E, EE.UU apoyando a los nazis sin vergüenza ni pudor alguno, es un claro ejemplo de la desazón que provocan los partidos progresistas que copan parlamentos para alimentar a la socialdemocracia. Esa misma que hace cola para ir a Kiev a hacerse la foto y enviar armas, dinero y mercenarios a Ucrania.
Poco que añadir, que no sea recordar citas casi idénticas de Durruti y de Stalin, quienes dijeron que el principal enemigo de la clase obrera es la «socialdemocracia», la a misma que, de precisarlo, re-asesinaría a, entre itr@s, a Karl Liebknecht y a Róza Luksemburg.
Nada de «ninis», sino apuntaladores/as, blanqueadores/as, enmaquetadores/as y enmoquetadores/as del capitalismo o, si se prefiere, directamente renegad@s.
¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO!
En ruso hay una frase muy buena para designar algo que es » nada», anodino y es un » nini», » не рыба не мясо», o sea » ni carne ni pescado». Nada, un » nini».
En Cuba «nini» se le dice a la parte de la anatomía que une el ano con los genitales, porque no es » ni culo ni pipi».
Eso es un » nini»