Desde 2019, EE.UU. “escaló el bloqueo contra Cuba a una dimensión extrema, para infligir deliberadamente el mayor daño posible a las familias cubanas, sembrar el desaliento y la insatisfacción, y estrangular la economía. El daño humano que ocasiona esa política, imposible de cuantificar, es enorme y cruel”, afirmó Díaz-Canel.
En declaraciones ofrecidas durante la XXVIII Cumbre Iberoamericana celebrada en la República Dominicana, el mandatario cubano tachó de “insulto a la verdad y una ofensa” la inclusión de la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo por Washington.
“Incluir en esa lista a un país cuya conducta de firme rechazo y persecución a cualquier forma o manifestación de terrorismo es intachable y reconocida, dificulta en extremo todas nuestras transacciones financieras y comerciales y las posibilidades de crédito”, lamentó.
Por otra parte, el jefe de Estado cubano censuró el acoso sufrido por el equipo de béisbol de Cuba, que jugó la semifinal del Clásico Mundial en el estadio LoanDepot de la ciudad estadounidense de Miami.
“Solo por representar a Cuba y porque se jugaba en un estadio de esa ciudad, nuestros peloteros y algunos de sus familiares fueron acosados y hostilizados sin ninguna consideración”, indicó.
Según los balances ofrecidos por las autoridades cubanas, los daños provocados por el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba durante más de 60 años superan los 150 mil millones de dólares.
Durante la cumbre, otros representantes de los países latinoamericanos también denunciaron la política de sanciones de Estados Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Yván Gil, condenó en su intervención las “criminales” sanciones de Washington, además de exigir su “cese y erradicación”.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, pidió, a su vez, construir una paz global y como primer paso instó a acabar con los bloqueos económicos contra Cuba, Nicaragua y Venezuela.
