«Cada once años, el Sol entra en un estado de gran actividad, es decir, muchas llamaradas, muchas tormentas magnéticas. Es un ciclo bastante estable y fácil de predecir. El máximo anterior fue en 2012-2013, así que 2023-2024 deberían ser años de mayor actividad solar. Mejor dicho, incluso 2024, según las previsiones actuales», explica a Sputnik Serguéi Bogachev, doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas.
Durante los periodos de alta actividad solar, aumenta la intensidad de la radiación ultravioleta, por lo que las personas con piel sensible deben tomar precauciones adicionales para protegerse, prosiguió el físico.
«La atmósfera amortigua en gran medida la radiación del Sol, aquí sólo penetra una porción muy estrecha del espectro, en particular la ultravioleta que provoca el bronceado. Durante el pico de actividad, los niveles de ultravioleta no aumentan mucho, decenas por ciento es la estimación máxima, la mayoría de las veces es inferior. No obstante, cada persona tiene una sensibilidad cutánea diferente y hay que tomar precauciones», advirte el científico.
Además, el aumento del número de tormentas magnéticas y erupciones solares puede repercutir negativamente en el bienestar de las personas que reaccionan a estos fenómenos, señala.
«Las personas que reaccionan a las tormentas magnéticas y las erupciones solares también deben tener más cuidado con su salud cuando la actividad solar alcanza su punto máximo. No se trata de un impacto drástico, pero es posible cierto deterioro de la salud», aclara Bogachev.
En sus palabras, el pico de actividad solar, previsto para 2023-2024, no será demasiado alto. «La mayoría de los científicos predicen que el pico en 2023-2024 será bastante débil, por debajo de la media histórica», subrayó. El aumento cíclico de la actividad del Sol es una norma, no una anomalía, concluye el físico.