La Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos desclasificó la semana pasada un informe elaborado en enero de 2022 que indica que las agencias de inteligencia y espionaje del país norteamericano —adquieren grandes cantidades de datos de ciudadanos estadounidenses y de otros países —de empresas intermediarias que recopilan información de usuarios.
“Actualmente, la comunidad de inteligencia adquiere una cantidad significativa de información disponible comercialmente para fines relacionados con su misión, incluyendo en algunos casos datos de redes sociales”, apostilla el informe.
El propio Gobierno de EE.UU. ha admitido que estos datos tienen un “valor de inteligencia” claro y ayudan a las agencias de espionaje a rastrear a los ciudadanos sin una orden judicial y utilizar las informaciones en sus misiones secretas.
Estos datos comerciales, recopilados a través de dispositivos conectados a la Internet, pueden revelar la localización de las personas, es decir dónde viven o dónde trabajan, “los movimientos detallados y las asociaciones de individuos y grupos, desvelando actividades políticas, religiosas, de viaje y de expresión”, advierte el informe.
Servicios de espionaje de EEUU violan libertades civiles de ciudadanos
El informe denuncia que la compra de “datos sensibles e íntimos” de personas “plantea problemas significativos en relación con la privacidad y las libertades civiles”.
El documento avisa, además, que la falta de la ley de privacidad o protección de datos que regule la venta o difusión de la información privada de los ciudadanos puede poner en peligro la vida y la seguridad de los estadounidenses tanto por parte del propio Gobierno estadounidense, como por parte de los Estados hostiles o adversarios.
El senador demócrata Ron Wyden, quien propuso publicar el informe, urgió al Gobierno estadounidense a proteger la privacidad digital de sus ciudadanos. “El Congreso debe aprobar una Legislación que pone trabas a las compras gubernamentales, que frena a las empresas privadas que recopilan y venden estos datos y mantener la información personal de los estadounidenses fuera del alcance de nuestros adversarios”, agregó.
No es la primera vez que se destapan informes que indican que las instituciones gubernamentales en EE.UU. espían de manera masiva a los ciudadanos estadounidenses, bajo distintos pretextos, entre ellos la “lucha contra amenazas extranjeras”, lo que ha dañado la confianza pública en el Ejecutivo y órganos estatales.
